Todas las personas tienen metas y sueños. Sin embargo, para que estas se puedan realizar con éxito las proyecciones que se hagan deben ser objetivas y realistas.
Esto quiere decir que deben ser específicas, medibles, alcanzables, relevantes y oportunas. Esto con la finalidad de conocer la posibilidad de lo que queremos que se cumpla.
Te dejamos algunas recomendaciones para lograr que tus metas sigan esa estructura y así poder verlas hechas realidad sin distracciones.
1. Específica
No es lo mismo pensar en una meta como «ponerte en forma» a, «inscribirte en un gimnasio e ir 3 veces por semana». Haz que tus metas sean específicas y reales.
2. Medible
Hazte preguntas como: ¿Cuánto tiempo? ¿Cómo sabré cuando se logra el objetivo? ¿Qué herramientas voy a utilizar? Es importante que puedas saber lo que has logrado. Cuando se mide el progreso de algún proyecto, es más fácil tener determinación y mantenerse entusiasmado con los resultados.
3. Alcanzable
Para ser alcanzable una meta debe representar un objetivo por el que estemos dispuestos y seamos capaces de trabajar. En otras palabras, el objetivo debe ser realista. La gran pregunta aquí es: ¿Cómo se puede lograr el objetivo?.
4. Relevante
La relevancia de una meta destaca la importancia de la elección de los objetivos que importan. Puede ser específica, medible, alcanzable, y oportuna, pero si carece de relevancia para ti será difícil que puedas conseguir cumplirla.
5. Oportuna
Uno de los objetivos que debes tener en cuenta es el tiempo en que se realizará tu meta, dando a esta una fecha límite. El compromiso de una fecha límite nos permite concentrar nuestros esfuerzos en la realización de la meta con mayor determinación. Esto ayudará a que los objetivos sean alcanzados a pesar de distracciones diarias.