El Prestigio Laboral, un reconocimiento creado con el paso del tiempo
“Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto sino un hábito”. Aristóteles
Esta frase está cargada de un gran sabiduría aplicable en cada faceta de nuestra vida, en lo laboral, en la familia, como amigos, compañeros, como personas y todos los roles que cada quien tenga en la vida.
Esta semana la Directora Directora de Operaciones UFM Acton MBA in Entrepreneurship ,Alejandra Alquijay nos plantea 5 claves para que te ayudarán a construir el prestigio que necesitas para tus proyectos empresariales pero que sin duda alguna muchos te servirán en tus proyectos de vida.
Alejandra Alquijay
Siempre he considerado que la mejor forma de construir prestigio laboral es a través del trabajo propio. ¿Qué mejor que dejar que nuestras acciones hablen por sí solas?
El prestigio es un reconocimiento que se va creando con el paso del tiempo. Para lograrlo, es importante que exista congruencia entre nuestro hablar y actuar. Al existir disonancia entre ambas variables, ponemos en riesgo nuestra credibilidad y sobretodo, nuestro nivel de confiabilidad. Por ello, es importante ser fieles a nuestra palabra y a no conformarnos con entregar resultados mediocres; exigiéndonos y buscando trabajar con excelencia e imprimiendo un sello único en cada una de las tareas que realizamos.
5 claves para construir y mantener el prestigio:
1. Ser humilde. Demuestra que el prestigio ha sido logrado en base a trabajo y esfuerzo propio.
Contrario a una actitud arrogante, motiva a los demás miembros del equipo de trabajo a hacer el mejor uso de sus talentos en cada una de las tareas a realizar. Comparte el crédito y jamás, actúes con prepotencia. Recuerda que estar empoderado no significa ser autoritario.
2. Educarse. Busca distintas formas de enriquecer tu bagaje profesional. La clave reside en actualizarse constantemente. No se debe juzgar ni por edad ni apariencia; siempre es posible aprender incluso de los más pequeños. Lo ideal es mantener una constante sed por capacitarse y estar así a la vanguardia de los últimas tecnologías, hallazgos e innovaciones en el mercado.
3. Aprender a decir “no”. Di “no” a todo aquello que te aleje de tus principios éticos y morales.
En ocasiones posiblemente dudemos respecto a lo que deberíamos decir o realizar en una situación determinada; la realidad es que no existe ningún manual para hacerlo “correctamente”, simplemente debemos buscar apegarnos lo mayor posible a nuestros principios y valores.
4. No asumir más responsabilidades y retos de los que realmente se podrán afrontar. En ocasiones, nos dejamos llevar por la emoción del momento y asumimos compromisos que por limitaciones de tiempo o escasez de otros recursos no nos será posible atender. En lugar de poner en duda nuestra capacidad de cumplir con ciertos objetivos y períodos de tiempo, es preferible trabajar un tema a la vez, enfocándose y especializándose en lo que naturalmente se es bueno. Ello tampoco implica que deseemos ser conformistas; es importante retarse pero tener cuidado con decir “sí” a todo.
5. Evitar ser impulsivo. Medita tus palabras previo a expresarlas. En situaciones de enojo o estrés, se corre el riesgo de emitir comentarios de los cuales luego deseamos retractarnos.
Contrólate y aborda el caos de una forma pacífica y profesional.
Al contar con un sólido prestigio laboral previo a tomar la decisión de emprender, será de mayor facilidad:
Encontrar un socio estratégico de negocios.
- Para un socio, ¿qué mejor que conocer desde un inicio que el emprendedor cuenta con una sólida
trayectoria ética y profesional? Una trayectoria que forja credibilidad ante los ojos del socio y le
permite tener una idea más clara del tipo de relación de negocios que tendrían en el futuro.
Ello es principalmente importante en el caso de socios que buscan un activo involucramiento en el proyecto/empresa, que va más allá de lo financiero.
- Reunir los fondos monetarios necesarios para financiar la idea.
La atención de inversionistas será más rápidamente captada por emprendedores de alta
reputación y prestigio que por otros que a sus ojos, son “desconocidos”. Cada vez más, tanto
socios como inversionistas tienden a apostar más en el emprendedor que en simplemente una
idea o plan de negocios, ya que saben que si algo falla en el plan, muy probablemente el
emprendedor lo intentará de nuevo hasta lograrlo. - Atraer y retener talento humano.
El prestigio del emprendedor usualmente es heredado a su empresa, por lo tanto, la empresa se
convierte en una organización altamente atractiva para trabajar y formar carrera. De ser el caso,
aumenta la probabilidad de atraer talento calificado y altamente competente para continuar el
crecimiento del negocio. - Lograr apertura y aceptación por parte de clientes.
A mayor prestigio, mayor publicidad de boca en boca; por lo tanto, mayor probabilidad de crecer
rápidamente la base de clientes. - Negociar políticas de pago favorables con proveedores.
¿Qué proveedor no querría incluir dentro de su cartera de clientes a un emprendedor y negocio de reconocido prestigio? Por supuesto, que para concretar el negocio debe formarse una relación ganar-ganar a través de la definición de volúmenes de compra, precio de venta, plazos de entrega, políticas de pago y despacho, entre otros; sin embargo, una vez cerrado el acuerdo; seguramente recibirá mayor interés de parte de clientes potenciales que desean trabajar con él al saber que lo ha hecho con empresas de reconocido prestigio.