Las personas pasan gran parte de su vida dedicadas al trabajo, y esto incluye la práctica en sí, las horas extras, desplazamientos y otras cuestiones. Esto quiere decir, que se pone esfuerzo y tiempo a ello y muchas veces el equipo con el que se trabaja no es el más agradable o el ambiente de trabajo el más armonioso. Estas y más razones pueden llevar a crear un malestar hasta el punto de no querer asistir a las labores.
Te dejamos algunas señales que te dirán si es momento de buscar nuevas oportunidades.
1. Estancamiento profesional
La posibilidad de crecer dentro de una empresa es algo que no todas las personas tiene la oportunidad de realizar. Esto muchas veces se convierte en una promesa del área de recursos humanos pero su falta de cumplimiento desmotiva a los trabajadores y los limita a progresar como profesionales. Esto es razón suficiente para que la persona se sienta que desperdicia su tiempo y la oportunidad de conseguir más dinero o adquirir nuevos conocimientos.
2. Frustración
Es probable que en algún momento de tu vida laboral experimentes frustración. Pero, cuando este sentimiento se convierte en una rutina diaria, las cosas pueden explotar dentro de ti hasta llevarte al punto de querer irte de tu trabajo. ¿Lo has sentido?
3. Falta de estrategia
Trabajar en una empresa donde no hay una estrategia clara y se realizan las cosas a la deriva, puede ser confuso para los trabajadores. No se tendrá un rumbo claro y las órdenes serán contradictorias entre sí por lo que completar las tareas será cada vez más complicado y frustrante.
4. Ingratitud
Trabajar con la única motivación de no hacer mal las cosas para no ser reprendido es una situación muy negativa. Algunas empresas reprenden a sus trabajadores cuando hacen las cosas mal, pero cuando estos realizan con éxito proyectos o tareas, suelen ser ingratos o indiferentes a ello, lo cual es una señal de egoísmo por parte de la empresa.
5. Desinformación
Sentir y estar desinformado en el área laboral, tiene que ver con el tipo de jefe o directiva. No conocer los objetivos, o no recibir las instrucciones correctas ni los detalles suficientes, lleva al trabajador a desarrollar sus labores con un nivel de calidad inferior que si lo hiciera en otras circunstancias. Esta situación suele llevar a acusaciones de falta de proactividad o de responsabilidad, algo totalmente injusto.