Un 4 de febrero de 1976, cuando eran las 3:03 de la madrugada, la vida de muchos guatemaltecos cambió por completo debido a un fuerte terremoto.
Hace exactamente 40 años, mientras la mayoría de guatemaltecos dormían en sus hogares, un terremoto de 7.5 grados generó daños, destrucción, muertes e incluso pérdidas en centenares de comunidades.
Cuando finalmente amaneció, los guatemaltecos salieron a las calles, las cuales estaban cubiertas por escombros. Quienes estaban pequeños recuerdan cuando apresurados salieron de sus casas con ayuda de sus familiares y repentina llovizna que arrancó en algunos las esperanzas.
Se calcula que más de 3.4 millones de personas (64% total de la población de ese entonces) se vio afectada. Asimismo se estima que alrededor de 23 mil personas perdieron la vida. Hubo una pérdida de 222 mil viviendas y más de un millón de personas quedaron sin hogar.