Un joven de 22 años, estudiante de la Universidad de Loughborough, en Reino Unido, William Broadway, ha creado un invento llamado «Isobar«, una refrigeradora de vacunas del tamaño de una mochila que ayudará a que estas lleguen a tiempo a los países en vías de desarrollo que las necesiten.
Este fue su proyecto de final de carrera, con el que obtuvo el galardón nacional de uno de los premios de tecnología más prestigiosos del mundo, el James Dyson 2016.
Su invento no es necesariamente complejo, pero gracias a su practicidad podría solucionar un problema que causa miles de muertes al año.
Este dispositivo tiene un efecto refrigerante muy potente, de una temperatura estable capaz de mantener estas por 30 días seguidos.
Además, estas refrigeradoras también podrán utilizarse para la donación de órganos, los trasplantes de sangre y la investigación de células madre.
Actualmente, el proyecto cuenta con $2,600 para fabricar los primero prototipos y el próximo 27 de octubre competirá con otros finalistas del Dyson 2016 por $40,000.