El pasado lunes 22 de mayo se registró una explosión en la entrada del Manchester Arena, Reino Unido al término de un concierto ofrecido por Ariana Grande.
El suceso ocurrió alrededor de las 22:35, hora local, mientras asistentes del concierto de la cantante abandonaban el lugar después del espectáculo.
El trágico evento ha dejado alrededor de 22 personas fallecidas y 59 han resultado heridas, en su mayoría niños y jóvenes.
Según reportes de la Policía de Mánchester, el ataque fue cometido por un supuesto terrorista suicida que utilizó un artefacto explosivo improvisado para realizar el ataque.
El grupo terrorista Estado Islámico asumió la autoría del atentado, aún se investiga si el autor del ataque actuó por su cuenta o recibió algún tipo de apoyo por parte de más personas.
La primera ministra británica, Theresa May, ha informado que las fuerzas de seguridad creen tener la identidad del responsable del ataque, pero que aún es pronto para ser revelada.
Relatos de testigos del ataque informan que en el lugar de los hechos habían tornillos y clavos, lo que apunta a que el artefacto explosivo podría ir cargado de piezas metálicas para tener más impacto al estallar.
Una niña de 8 años, Saffie Rose Roussos y una joven de 18, Georgina Callender, son las primeras dos víctimas mortales identificadas de 22 que fallecieron en el suceso.
La cantante Ariana Grande, suspendió por el momento su gira de conciertos en cinco países europeos y expresó su dolor en sus redes sociales por lo sucedido.
«Destrozada. Desde el fondo de mi corazón, lo siento mucho. No tengo palabras«, escribió la artista en Twitter.
Los principales partidos políticos británicos han suspendido la campaña electoral para los comicios generales previstos para el 8 de junio. El grado de amenaza de atentado en Reino Unido es «severo«, el segundo más alto en la escala de las autoridades.