Interacción artificial. Todos los días nos conectamos a las redes sociales, vemos cientos y cientos de imágenes, compartimos contenidos, charlamos con nuestros amigos y reaccionamos a las tendencias que día con día se hacen virales en el mundo. El mundo está conectado y tenemos acceso a una gran cantidad de información. Todo parece un paraíso utópico donde las redes sociales brillan y nos llenan de opciones que mantienen la ilusión de eterna alegría, pero al final del día, al desconectarnos y volver al mundo real, muchas veces nos sentimos solos o vacíos, como si faltara algo.
Si esto te ha pasado no eres el único, alrededor del mundo son millones las personas que sienten como su vida se desdibuja en una pantalla, donde la interacción con otros se reduce a un chat, una reacción o un comentario, pero fuera de esa pantalla no existe una interacción real. Y es que las redes sociales no son las responsables directas de esto, el problema es como nosotros como usuarios nos dejamos absorber por las ventajas que supone la tecnología y empezamos a descuidar el valor de las interacciones reales y dejamos de esforzarnos en conservarlas, y poco a poco, esas relaciones se van deteriorando.
Las redes sociales son un instrumento maravilloso que bien usado puede ser de gran utilidad para afianzar la comunicación con nuestros seres queridos, pero también pueden convertirse en el arma indicada para acabar con esta, es importante aprender a usarlas y no olvidar que la mejor manera de fortalecer nuestros lazos afectivos con familia, amigos, colegas, socios y cualquier relación social beneficiosa es teniendo interacciones reales.
El no contar con relaciones personales sólidas podría llevarnos a pasar episodios de soledad, ansiedad o depresión, incluso si tenemos buena salud emocional, esta podría verse afectada. El sentimiento se ve reforzado paradójicamente al ver como otros en la red social comparten sus interacciones con amigos y familia. Todos necesitamos de estimulación externa, de relaciones sociales auténticas.
Lleva al cine a esa persona que tanto quieres, ve a cenar con tus padres, participa de alguna actividad recreativa o deportiva con tus amigos, sal de viaje con tus hermanos, visita a tus viejos amigos, envía una tarjeta de regalo, escríbele cartas a los que están lejos. Hay muchas cosas por hacer, solo sal y convive con los tuyos.