El amor en tiempos modernos. Todos en algún momento nos hemos preguntado, si el concepto de amor ya no es el mismo de antes, muchos dicen incluso: “ya nada es como antes,” y quizá tengan razón, quizá hayan cambiado muchas cosas a lo largo de las décadas, sin embargo, realmente ¿ha cambiado el concepto del amor?
La respuesta es un sí y un no. En realidad, es algo sumamente complejo, pero para explicarlo de manera sencilla, el decir «si» es correcto porque la sociedad ha evolucionado y ha adquirido nuevas costumbres y hábitos sociales que involucran al amor. Y es válido decir «no» porque en esencia, el amor sigue siendo lo mismo, la diferencia es el cómo se manifiesta.
¿qué pasa con el amor?
El verdadero problema no radica en preguntarse eso, el problema radica en el porque lo preguntamos y lo preguntamos porque no tenemos certezas en estos tiempos donde todo se ha convertido en una carrera diaria, donde no hay espacio para las relaciones, donde el contacto se reduce al espacio virtual y a las relaciones express que están a la orden del día, donde la publicidad te dice que pensar y que sentir. En medio de una cultura fría donde solo importa el yo, es fácil ver como ese sentimiento se banaliza hasta perder de cierta manera su valor.
El amor también es víctima de la idealización, mucho vende la televisión y las historias “mágicas” donde todo es perfecto y donde se presentan dos individuos hechos el uno para el otro, donde todo “conspira” para que se unan y terminen con un final feliz. Se idealiza un amor basado en el atractivo físico o poder económico y se cae en estereotipos dados por la cultura popular. Esto termina en que, cuando alguien que vive con esas ideas establece una relación, al poco tiempo de iniciada tal relación se da cuenta que no es el “cuento de hadas que esperaba” y termina por abandonar la relación esperando a esa persona “mágica e ideal”.
El amor no tiene nada que ver con eso, las relaciones humanas son mucho más complejas que un show de televisión. No existe una persona perfecta e ideal, solo humanos todos, con valores, virtudes, sueños, talentos, miedos y defectos. Una relación ideal es la que se construye por ambas personas, en constancia, en la caridad, en la amistad, en la sinceridad, en la lealtad, en la paciencia, caminando juntos uno a lado del otro hacia un futuro en común, hacia ese sueño que han sido capaces de imaginar juntos.