Regalar no es una solución, transformar debe ser la misión. Como en muchos países latinoamericanos, la pobreza y falta de educación se han vuelto un problema que aún no se ha erradicado, principalmente en Guatemala.
Muchos pensarán que es un problema que debe solucionar el Estado, pero en realidad no es la manera de hacerlo; todo ciudadano es totalmente responsable de que cada individuo ejerza su libertad de manera correcta.
Pero para eso hay que arranca la situación de raíz, cambiando y/o transformando la manera de pensar de la sociedad guatemalteca, ya que como en otros países la negatividad se ha apoderado de ellos, y por eso no logran salir de la pobreza, miseria e ignorancia. Comenzando por el hogar, en donde los principios éticos y religiosos se han perdido; y por lo tanto, se ve un gran porcentaje de familias desintegradas y pandillas, lo cual sólo genera delincuencia, inseguridad y paranoia en la sociedad.
Pero la mayoría de estas personas se justifican por ser pobres, cuando en realidad con regalar no se soluciona nada, sino que el Estado y la población, deben buscar ayudar pero también transformar debe ser su misión, para conseguir superación real, una superación viable y no solo en una generación si no en todas las que vienen detrás.
Hay tantas fundaciones, instituciones y ONG’s que ayudan a niños guatemaltecos a salir de su pobreza dándoles educación, sin embargo, no se preocupan por empoderar a las familias, enseñándoles un oficio o que emprendan una micro empresa.
Soluciones hay muchas, misión y visión hay pocas. Es por eso que hay que promover el diálogo y que las leyes se cumplan para que haya un equilibrio en la sociedad guatemalteca y por fin se logre un orden y también comunidades que salgan adelante.
Los guatemaltecos pueden aprender a ver los problemas como una oportunidad para cambiar sus vidas.