Te sonó raro este término y te preguntarás si lo tienes , te puedes preguntar en este momento cómo hago para quitarme esto, pues te comentamos que muchos jóvenes lo tienen y adultos también, y sí causa muchos problemas en la vida, porque eso te detiene en muchas áreas de la vida.
¿Pero qué es la glosofobia?
El término glosofobia proviene de la unión de los términos de origen griego “glossa” que se traduce como “lengua” y “fobos” que corresponde a “miedo”. Se trata de un trastorno de ansiedad específico en el que la persona experimenta temor ante la acción de hablar en público.
Aunque es normal ponerse nervioso cuando tenemos que hablar delante de muchas personas, en la glosofobia la persona experimenta un temor excesivo, irracional e incontrolable ante dichas situaciones.
Tener que hablar en público supone tener que exponernos a un público desconocido, a cientos de miradas que nos observan y nos juzgan. Al no estar acostumbrados a esa situación, a salir de nuestra área de confort, nuestro cuerpo reacciona haciéndonos saber que la única manera de sobrevivir a esa angustia, a esos sudores fríos y a esos temblores será salir corriendo sin dejar ni rastro, es no hablar en público por nada del mundo.
Debes admitir abiertamente que tienes fobia a hablar en público, este es el primer paso para superar tus miedos.
No cometas el error de esconder tus temores, porque luego este miedo te comerá en silencio y no te permitirá avanzar.
Identifica cada pensamiento o situación que te provoca fobia a hablar en público. Analiza por qué eso te hace sentir de esa manera y cuáles son las probabilidades de que lo que temes te ocurra.
A cada una de esas situaciones o temores, encuéntrale una solución; es decir, determina qué puedes hacer para superar esa situación en particular y poco a poco ve trabajando con cada aspecto.
Te damos algunos consejos adicionales del principal que es reconocer exactamente que te da miedo al enfrentarte al público, debes de tomar en cuenta lo siguiente:
Después de tu discurso o presentación, felicítate porque aunque no te haya salido a la perfección seguro que eres más crítico contigo mismo que aquellos que te han escuchado. Todo el mundo se equivoca durante los discursos o presentaciones.