Todos los días los derechos de los niños son violados por personas que se aprovechan de su inocencia y de su edad. Los niños con capacidades diferentes son todavía más vulnerables a los actos ruines de estas horribles personas, como fue el caso de Kylee Willis, una niña de cuatro años con síndrome de Down que fue asesinada a golpes por el novio de su mamá.
Adam Hughes de 24 años se quedó a cargo de los hijos de su novia el 26 de marzo de este año. Hughes pensó que tenía el derecho de agredir a Kylee porque la menor lo «enfureció». Después de agarrarla a golpes la puso a dormir y al poco tiempo se dio cuenta que Kylee no reaccionaba y que sus labios y sus dedos se estaban poniendo azules.
Cuando Corrine Blake recibió una llamada de su novio angustiado, llamó al 911 y les explicó la situación. Los paramédicos llevaron a la menor al hospital, donde permaneció con soporte vital por varios días. Kylee falleció el 29 de marzo por un traumatismo craneoencefálico.
Cindy Bachman, portavoz del Departamento de Sheriff del Condado de San Bernardino, Estados Unidos, indicó que las lesiones en la niña fueron intencionales.
Hughes y Blake fueron arrestados y acusados de crueldad intencional hacia un menor de edad. Dos días después de la muerte de Kylee, ambos fueron arrestados por abuso infantil y Hughes fue acusado por asesinato.
El padre de la niña, Victor Willis, la describió como una «niña feliz» que podía «hacer que cualquiera sonriera solo con su sonrisa». «Estaba llena de alegría, llena de vida, llena de curiosidad … y eso fue trágicamente tomado de ella», comentó.
Willis menciona que a pesar de que su corazón está destrozado, dejará el destino de Hughes y de Blake en las manos de la justicia estadounidense. «No soy nadie para ser juez, jurado y verdugo. Simplemente me siento culpable de no haberme dado cuenta porque pude haberla protegido», se lamentó.
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