*Foto de portada vía University of Dundee
Cuando Liam Mcmulkin comenzó a estudiar en la universidad se dio cuenta que el lenguaje de señas está limitado. Para poder transmitir ciertos términos científicos debía deletrear cada letra. Esto no solo complicaba la comunicación, también le quitaba tiempo. Sin embargo, Mcmulkin no se quedó con los brazos cruzados.
La historia de Mcmulkin nos revela una realidad que las personas oyentes desconocemos y que muchos ni siquiera lo hemos pensado. No solo nos demuestra que el lenguaje de señas está limitado, sino que la inclusión de las personas sordas en el área laboral y académica casi es inexistente.
A medida que Mcmulkin fue profundizando en distintos temas científicos, en la Universidad de Dundee en Escocia, y aprendió palabras como «isótopos» y «oxidación», el joven debía deletrear cada palabra.
«No es fácil comunicar procesos complejos con unos cuantos gestos de manos», explicó a ABC News. «[Por eso] tomé la decisión consciente de comenzar a crear signos que pensé que eran necesarios», mencionó.
No fue nada fácil crear nuevos términos en lenguaje de señas; fue un proceso que le tomó aproximadamente dos meses. Por el momento, ha creado más de 100 signos científicos.
«El esfuerzo de Liam para crear nuevos signos es crucial para el futuro de las ciencias de la vida», dijo el Dr. Marios Stavridis, jefe de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Dundee y supervisor de Mcmulkin, a ABC News.
Mcmulkin explicó que crear cada signo requiere seguir la estructura gramatical, la forma de las manos y el movimiento del lenguaje de señas británico. Luego, cada término debe ser aprobado por un foro de lingüistas de señas, personas sordas y especialistas sordos.
Actualmente, Mcmulkin está cursando su tercer año en la universidad y planea continuar creando señas para términos científicos. La Universidad de Dundee informó que ellos continuarán utilizarán los signos registrados por el joven para que estos se conviertan algún día en señas universales.