*Foto de portada vía ACI Prensa
Las muertes por coronavirus (COVID-19) han aumentado rápidamente en Italia y cada vez los hospitales se llenan con más personas contagiadas y menos equipo médico para atenderlas. Entre ellos, se encontraba Giuseppe Berardelli, un sacerdote italiano que pidió cederle su lugar a un paciente más joven.
La mañana del 24 de marzo, la noticia del fallecimiento del Padre Berardelli se volvió viral en muchos periódicos del mundo. Había estado a principios de marzo en el hospital de Lovere en el norte de Italia, en la zona foco de la pandemia, en la región de Lombardía.
El Padre Berardelli es uno de los 16 sacerdotes que han muerto por el COVID-19 en la diócesis de Bérgano, una de las diócesis italianas más afectadas por la pandemia del coronavirus.
Días antes de haber fallecido, el Padre Berardelli pidió cederle su puesto en el intensivo a alguien más joven. Cabe resaltar que los centros de salud en Italia están llenos de pacientes y el equipo médico se ha vuelto escaso.
Fuentes cercanas del sacerdote declaran que su condición era grave debido a sus padecimientos de salud preexistentes. Aún así, al Padre Berardelli no le importó y pensó en la vida de alguien más antes que la suya.
«Era un sacerdote que escuchaba a todos, sabía escuchar, quienquiera que se dirigía a él sabía que podía contar con su ayuda», dijo Clara Poli, alcaldesa de Fiorano, a ACI Prensa.
«Cuando se le veía pasar era siempre alegre y lleno de entusiasmo. Ha regalado paz y alegría a nuestra comunidad», expresó.
La noche del domingo 15 de marzo, el Padre Giuseppe Berardelli falleció por el COVID-19. Siempre se le recordará como el sacerdote que a pesar de estar al lecho de la muerte, pensó en alguien más antes de pensar en sí mismo.