Ernest Robinson transformó el dolor de perder a su hijo en una hermosa escultura que demuestra la lucha de su pequeño con parálisis y su llegada a una vida celestial llena de amor y alegría.
El 23 de septiembre de 1988, en Estados Unidos, Ernest y Anneke Robinson le dieron la bienvenida a su hijo Matthew Stanford Robinson. Debido a la falta de oxígeno, su pequeño nació con ceguera y parálisis del cuello para abajo. A pesar de que los médicos les dijeron que solo viviría unas cuantas horas, Matthew superó su pronóstico.
Gracias al amor incondicional de sus padres y su fuerza, Matthew logró vivir 11 años, llenos de amor, alegría y grandes lecciones. Tristemente, el 21 de febrero de 1999, Ernest y Anneke tuvieron que despedirse de su hijo, quien falleció mientras dormía.
El dolor que Ernest tenía era tan grande que encontró la manera de sobrellevarlo haciendo una estatua en honor a Matthew. En el 2001, este padre amoroso le demostró al mundo entero el amor profundo que siente por su hijo con el resultado final.
Ernest colocó la escultura sobre la tumba de Matthew, en Salt Lake City. La pieza muestra a su hijo levantándose de la silla de ruedas y alzando sus manos hacia el cielo, librándose de las cadenas terrenales que le impedían moverse.
Muchas personas al rededor del mundo se han conmovido por la escultura de este increíble padre.
En el 2000, Ernest y Anneke crearon la Fundación Ability, la cual ayuda a las personas necesitadas que no pueden obtener equipos de asistencia médica y que tienen parálisis cerebral, espina bífida, accidente cardiovascular, cáncer, lesiones en la médula espinal y esclerosis múltiple.