Tener alimentos todos los días es una bendición, especialmente cuando nos enfrentamos a una pandemia como la del nuevo coronavirus, COVID-19. Muchas personas han quedado desempleadas o tienen prohibido trabajar como medida preventiva contra este virus.
El índice de pobreza en la India es bastante alto, pero durante la crisis de coronavirus ha aumentado y cada día, más personas están hambrientas. Por ello, Heena Mandavia y su hijo Hash han trabajado sin parar por más de 50 días para alimentar a muchas personas necesitadas en Kadivali, India.
Heena es propietaria de un comedor donde sirve comida casera, pero las cosas se han complicado mucho desde la llegada del coronavirus a Kadivali, India. Por ello, uno de sus clientes frecuentes le ofreció a su hijo, Harsh, recursos para poder ayudar a las personas hambrientas de su comunidad.
«Hace unos meses, uno de mis clientes habituales, Abhinav Chaudhary, deseaba donar dinero para alimentar a 100 personas, pero me pidió que encontrara a las personas necesitadas y las alimentara, ya que no quería arriesgarse a salir debido al riesgo del coronavirus», explicó Harsh a Times of India.
Harsh buscó la mejor opción para poder ayudar a los más necesitados sin ponerlos en riesgo de contraer el COVID-19. Junto a su madre, preparan la comida de la forma más higiénica posible y encontraron un lugar con ventilación y suficiente espacio para mantener el distanciamiento social.
«Después de investigar un poco, encontré un lugar fuera de un gurdwara (sitio de culto) en Malad donde hicimos la primera ronda y alimentamos a 100 personas pobres con una comida completa que consistía en roti, sabzi, dal y arroz», contó Harsh.
Todos los días Heena y Harsh alimentan a un aproximado de 250 personas en el almuerzo y la cena. Por el momento, tienen planeado hacerlo hasta el 31 de julio de 2020 y hasta la fecha han entregado más de cinco mil comidas. Muchas personas los han apoyado para que continúen con esta iniciativa.
«En general, es la confianza de la gente y el poder de las redes sociales que nos ayudaron a realizar esta donación de alimentos durante 50 días sin parar. Mi madre y yo somos solo un medio», dijo Harsh.