*Foto de portada vía Getty Images
Existen una cantidad infinita de cosas y situaciones que no podemos cambiar, pero cada una de ellas, buenas o malas, tienen un propósito: enseñar. Si vemos la vida desde esta perspectiva podremos utilizar todo lo que sucede como combustible y no como extintor. Por supuesto que analizar a una pandemia global que ha afectado a tantas personas desde este punto de vista no es sencillo, pero si reflexionas detenidamente, te darás cuenta que más algo has aprendido.
El pasado domingo 27 de julio, el presidente de Guatemala Alejandro Giammattei presentó las nuevas disposiciones de prevención contra el coronavirus, COVID-19. Algunos están a favor y otros en contra, pero todos concordamos en una cosa: queremos ponerle fin a esta crisis global.
Todos los domingos después de la cadena nacional, muchos guatemaltecos se van a dormir desanimados con muchos pensamientos negativos que surgen de la desesperación, del desempleo y tristemente, hasta del hambre. Si tú, has experimentado esto queremos decirte que toda situación y sentimiento termina; estas no son solo palabras de aliento, son una promesa y un hecho.
Aunque suene ilógico, aprovecha esta etapa para aprender enseñanzas valiosas que, a diferencia de las situaciones y sentimientos, quedan marcadas en nosotros para siempre.
Personalmente, he aprendido a apreciar más lo que antes parecía «insignificante», como sonreírle a las personas y que ellas puedan ver mi sonrisa, poder salir a la calle sin mascarilla, no tener que obligarme a tomarme un descanso de las redes sociales por la cantidad de contenido negativo, mi salud y la de mis seres querido… muchas cosas. Sin embargo, mi mayor aprendizaje ha sido el agradecimiento; antes me despertaba todos los días como zombie sin apreciar cada instante y quejándome constantemente por tonterías.
Estoy segura de que tú también has aprendido algo durante esta pandemia y te aliento a seguir luchando y a mantener la fe de que esta situación pasará. Estés de acuerdo o no con las medidas establecidas, respétalas y no bajes la guardia.
-Natalia Jiménez, periodista de El País de los Jóvenes