Este miércoles 7 de septiembre, dos mujeres genetistas, la francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense Jennifer Doudna, ganaron el Premio Nobel de Química 2020 por sus investigaciones sobre las «tijeras moleculares», capaces de modificar los genes humanos.
La nueva herramienta es considerada un gran avance para la edición de genes y una contribución al desarrollo de nuevas terapias contra el cáncer. También abre la posibilidad hacia la cura de las enfermedades genéticas.
Charpentier y Douda se convirtieron en la sexta y séptima mujer que ganan un Nobel de Química desde 1901.
Las genetistas revelaron su proyecto Crispr/Cas9, también conocidas como «tijeras moleculares», en la revista Science en junio de 2012. Crispr permite corregir una mutación genética y curar una enfermedad anormal.
«La terapia genética consiste en introducir un gen normal en las células que tienen un gen con problemas, como si fuera un caballo de Troya, para que haga el trabajo del gen que no funciona, pero Crispr va más lejos: en lugar de añadir un gen, modifica el gen existente», indica DW News.
Ambas científicas han recibido otros premios por las «tijeras moleculares»: el Breakthrough Prize (2015), el Princesa de Asturias en España (2015) y el premio Kavli de las nanociencias en Noruega (2018), entre otros.