Imagínate caminar por tu barrio y que de la nada se acerque un perro robot con voz metálica pero amigable para platicar contigo. ¡Siii!, su nombre es Waldog y ya anda recorriendo las calles de Monterrey, México, sorprendiendo a chicos y grandes con un mensaje que no pasa desapercibido: los animales también tienen derechos.
Este robot del tamaño de un beagle no solo camina, también corre, juega y hasta conversa con las personas. Su misión principal es clara: concientizar sobre el maltrato animal y fomentar un trato digno hacia los perritos que viven en condición de calle.

Waldog junto al senador Waldo Fernández y vecinos, sembrando un árbol en la colonia Francisco Villa, Monterrey, NL (Crédito: IG @fdzwaldog)
Un proyecto diferente
La primera vez que Waldog se dejó ver fue el pasado 8 de agosto en Santa Catarina, uno de los barrios más populares de Monterrey. Allí, frente a un grupo de vecinos curiosos, soltó su frase de impacto: “Hola, soy Waldog y estoy aquí para darle voz a quienes no la tienen, a los animalitos que viven en la calle”.
Lo sorprendente es que este robot no llegó gracias a una empresa de tecnología ni a un experimento universitario. Fue idea de Waldo Fernández, senador federal originario de Monterrey y activista de los animales. Él mismo lo compró con su propio dinero (4,084 dólares) y decidió bautizarlo con un juego de palabras entre su nombre y el de “dog” (perro).
Tecnología con propósito
Waldog no es un simple juguete futurista. Su estructura fue creada por la empresa Unitree, con el modelo Go2 PRO, uno de los robots cuadrúpedos más avanzados del mercado. Este “lomito biónico” cuenta con sensores de última generación y un sistema LIDAR 4D, que le da una visión de 360 grados para moverse sin problemas incluso en terrenos complicados.
Pero lo más cool es que no se limita a hablar de los derechos animales. Waldog también tiene funciones prácticas:
- Señalar basura en las calles
- Identificar baches
- Registrar a otros perritos callejeros
Un verdadero ejemplo de cómo la inteligencia artificial puede ser usada no solo para innovar, sino para generar conciencia social.

Visitando a los vecinos en Santa Catarina, Monterrey, NL (Crédito: IG @fdzwaldog)
Más que un robot, un símbolo
El senador Fernández asegura que su objetivo es que Waldog inspire empatía en las nuevas generaciones. Y no es para menos: verlo caminar y escuchar su voz metálica pero amistosa atrapa la atención de cualquiera, desde niños hasta adultos.
Además, Waldog ya tiene agenda llena: visitará escuelas, plazas, barrios populares y, obvio, será la estrella de cientos de selfies con quienes lo encuentren en la calle.
Incluso, en su primera aparición fue “adoptado” simbólicamente por una veterinaria local, como una forma de impulsar la adopción responsable de mascotas. Sin duda, un detalle que conecta más con la gente.

Waldog, el perro robot que busca concientizar sobre el maltrato animal (Crédito: IG @fdzwaldog)
El proyecto también refleja una manera distinta de hacer política. En lugar de discursos aburridos, el senador decidió apostar por la tecnología cercana y llamativa, demostrando que se puede hablar de problemas reales con herramientas innovadoras.
“Queremos crear conciencia, pero también motivar a que la gente actúe con bondad y responsabilidad, no solo hacia los animales, sino también con las personas”, señaló Fernández en sus redes sociales.
Al final, Waldog se ha convertido en un símbolo de esperanza, recordándonos que, aunque el mundo esté cada vez más dominado por la inteligencia artificial, la compasión sigue siendo lo más importante.
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