Luego da varios meses hemos conocido más sobre el coronavirus, COVID-19. Sin embargo, todavía existe muchísima desinformación que lastimosamente se difundido a través de las redes sociales, algunos medios de comunicación y círculos sociales. Es por ello, que las entidades de salud se han visto con la responsabilidad de desmentir los mitos y creencias sobre este virus.
Para ayudar a aportar información factible, médicos expertos de Cleveland Clinic han escrito diversos artículos para el consumo público y ayudar a separar los hechos de la ficción.
A continuación te compartimos información, aportada por Cleveland Clinic, obtenida de las respuestas a algunas preguntas más frecuentes sobre el coronavirus:
Se considera que son más susceptibles a complicaciones graves de COVID-19 a las personas que son mayores de 65 años, aquellos que padecen de cáncer, hipertensión, alguna enfermedad pulmonar, diabetes, enfermedades cardíacas, alguna otra afección que comprometa el sistema inmunitario o están tomando medicamentos que inhiben el sistema inmunitario. A ellos se recomienda:
No suspendas la toma de tus medicamentos sin antes consultar a tu médico. Así como existe riesgo por tener un sistema inmune comprometido, también existe el riesgo asociado con la interrupción repentina de la medicación.
La única manera que podemos saber si alguien tiene el coronavirus realmente es el hisopado por nariz o garganta, a veces ambos. Es la única manera como se puede comprobar la enfermedad presentada encaja con las huellas genéticas de este virus en particular.
La propagación es principalmente respiratoria. Así que, cuando la gente tose o estornuda se pueden ver las pequeñas gotas que están en el aire, y pueden flotar en él y luego caer al suelo. Sin embargo, si otra persona se encuentra a seis pies de distancia (un poco menos de dos metros), es muy poco posible que esas gotas puedan abrirse camino o ser inhaladas o caer en su cara o manos y luego meterse en su sistema. La mayor parte de esto se denomina transmisión de gotas aerosolizadas.
No, la transmisión aérea es completamente diferente. Esta transmisión es cuando algo se aerosoliza en una partícula micro como sarampión o tubercolosis, que luego puede flotar en el
aire y permanecer allí durante horas, incluso después de que la persona infectada ha salido de la habitación.
Toda persona puede contagiarse. Sin embargo, cuanto más joven, existe menos probabilidad de desarrollar síntomas graves. No se han reportado muchas infecciones en individuos menores de 20 años o en niños. No obstante, eso no significa que estén fuera de peligro. Se puede enfermar incluso si se es relativamente joven y se goza de buena salud. Ello no exime que se pueda terminar en el hospital y muy raramente, en la unidad de cuidados intensivos.
Afortunadamente, la muerte es extremadamente rara en los grupos de edad más jóvenes. Se registran infecciones más graves y la mayoría de las muertes es en personas mayores de 65 años.