Se estima que 3 de cada 10 niños padece de alguna alteración en el sueño, especialmente los menores de cinco años, según expertos. Una de las causas se atribuye a los cambios de horario en las vacaciones, sumado al ambiente.
Para los menores esto puede ocasionar fracaso escolar causado por la falta de atención y concentración en clase, mayor irritabilidad y desánimo continuo.
En un estudio realizado por la Unidad de Neuropediatría de la Clínica de Navarra, Pamplona, revelaron que las alteraciones para muchos niños son pasajeras, sin embargo, indican que hasta el 30% de la población infantil tiene alteraciones crónicas del sueño.
Existen diferencias en los trastornos de niños a los adultos, básicamente por hábitos del sueño y por factores que dependen de los padres y no del niño, lo cual tiene repercusiones en su desarrollo físico y cognitivo.
Dormir es fundamental en el desarrollo y bienestar infantil, ya que favorece los procesos de atención y memoria, ayuda a consolidar el aprendizaje y promueve un mejor comportamiento.
Señales de alerta
Los expertos clasifican 3 categorías importantes en los trastornos del sueño infantil: el niño al que le cuesta dormirse, el que hace cosas raras por la noche y el que duerme durante el día.
Hay varias señales que los padres pueden detectar y que varían en cada niño como: irritabilidad, agresividad, dolores de cabeza por la mañana y bajo rendimiento en la escuela. Otros como: hiperactividad, retraso en el peso y estatura.
Entre las alertas nocturnas se encuentran: despertarse con frecuencia (3 a 5 veces más por la noche), se tarda más de media hora en dormir, tiene ronquidos, dificultades para despertarse por la mañana, sumado al mal humor.
El Instituto del Sueño de Madrid, España, considera que muchos de estos problemas pueden corregirse rápidamente si se identifican y tratan correctamente.
¿Cómo apoyar a los niños?
Establezca límites
En muchos casos, para los niños pequeños la hora de dormir significa separarse de sus padres, lo que les provoca ansiedad. Cuando ellos perciben esto, se sugiere que al momento de acostarlo, uno de los dos lo acompañe de 10 a 30 minutos, le cuente una historia o comparta un juego.
También se recomienda mantener hábitos de descanso en vacaciones. Es importante crear un ambiente agradable y relajado para propiciar el sueño.
Evita que tomen bebidas con cafeína o refrescos carbonatados horas antes de dormir, así como realizar actividades de mucha intensidad o movimiento.
Otro detalle importante es el ambiente. Observa si la habitación del niño es propicia para el sueño: fresca, tranquila y oscura y un colchón cómodo.