Más de un millón de niños son víctimas de la trata de personas en el mundo. Todos los días miles de personas son privadas de sus derechos, son abusadas de la forma más inhumana posible y viven en un infierno del cual no encuentran salida. Algunos con suerte logran escapar, como Kawi, un joven africano que fue víctima del tráfico infantil.
En conmemoración al Día Mundial contra la Trata de Personas, el cual es el 30 de julio de todos los años, te compartimos la historia de un joven que a pesar de todo el dolor al que fue sometido, salió adelante.
Kawi creció con dos padres alcohólicos en Benín y, por el vicio de sus progenitores, su abuela siempre se hizo cargo de él, hasta que decidió venderlo en Nigeria. Así fue como Kawi se convirtió en el esclavo de una familia de la región.
Su abuela solo llegaba a visitarlo para cobrarle el dinero que ganaba y no le importaba que su nieto fuese maltratado y privado de cualquier tipo de libertad.
Cuando tuvo la oportunidad, Kawi logró escaparse y pasó viviendo mucho tiempo en las calles nigerianas. Su vida no mejoró; recibía palizas, tenía hambre y dormía en cualquier lugar.
Kawi vivió en estas terribles condiciones hasta que fue acogido por los misioneros del Centro de Don Bosco, quienes cuidan de muchos niños africanos que son víctimas de abusos, como la trata de personas.
Actualmente, Kawi es un joven de 21 años que logró superarse gracias al apoyo salesiano. Aprendió a leer y a escribir y también se le dio el cariño que tanto necesitaba, pero lo mejor de todo es que le devolvieron la esperanza.
En el 2014 Misiones Salesianas lanzó una campaña sobre la trata de niños llamada «No estoy en venta», con un documental que cuenta la historia de Kawi y otros niños en África que fueron víctimas de la trata infantil.
Misiones Salesianas alerta que aproximadamente 400 mil menores son vendidos en África Occidental por 30 euros y advierte que las cifras aumentan cada año. Los niños son vendidos a explotaciones agrícolas, minas o destinados a la prostitución, venta ambulante y esclavitud doméstica.
No estoy en venta (2014), dirigido por Raúl de la Fuente, ganó el Premio Goya 2014 al Mejor Corto Documental.
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