*Foto de portada vía Nation
Iván Foutura dejó de practicar medicina hace más de 14 años, pero su espíritu servicial permaneció en él siempre. Cuando se dio cuenta que aún podía ayudar a las personas por medio de su profesión, no lo pensó dos veces e inmediatamente regresó a trabajar.
A sus 92 años, Foutura atiende a niños de escasos recursos todos los lunes y jueves en Pontal do Paraná, Brasil. El pediatra trabaja sin remuneración y sin discriminación por clase social, raza o sexo.
«Siempre he estado conectado con niños necesitados y quería continuar. Había una necesidad de ayudar aquí, porque le gente me conoce y quieren que los atienda. Gracias al apoyo de mi esposa es posible hacerlo de mejor manera», explicó a Aleteia.
Su esposa ha sido un gran apoyo. Gracias a que es enfermera, ha ayudado a Fountura a brindarle una mejor asistencia a los niños.
«Él tiene un corazón enorme, solo quiere ayudar a los demás sin importar su condición. Él solo quiere que los niños tengan una oportunidad de vida digna y saludable», comentó Eva.
Foura se graduó como médico en la Universidad Federal de Paraná y luego sacó un posgrado, una maestría y un doctorado. Antes de que se retirara sus 68 años, en el 2005, aún mantenía la esperanza de implementar un sistema médico más humano, amable y accesible al público en general.
Un año después de que se retiró, se dio cuenta que su proyecto no avanzaba y que la mejor manera de hacerlo posible era poniéndolo en práctica. Ahora ayuda a las personas que más lo necesitan, algo que él mismo dice que lo hará hasta que su cuerpo ya no pueda.