Algo increíble y preocupante está pasando en el Ártico. Lo que antes era una tierra de hielo eterno, temperaturas gélidas y paisajes completamente blancos, ahora se está transformando rápidamente. Este 2025, en pleno invierno, los científicos que trabajan en Svalbard —una zona ubicada en el extremo norte del planeta— no encontraron nieve… encontraron lluvia, charcos y zonas verdes. Sí, como si fuera primavera.

Los osos polares se enfrentan a las temporadas más cortas de hielo marino en el Ártico (Foto: NationalGeographic)
¿Qué está pasando en el Ártico?
El invierno en el Ártico solía ser sinónimo de hielo grueso, suelo congelado y nieve constante. Pero todo eso parece estar derritiéndose (literalmente). Este año, las temperaturas en Svalbard superaron los 0 °C en pleno febrero, lo cual no solo es raro, es alarmante. En lugar de usar motos de nieve, los científicos caminaban sobre pasto mojado y tundra fangosa.
Este fenómeno no fue un evento aislado. Es la señal de que el Ártico está atravesando un cambio radical. Los inviernos ya no son lo que solían ser. Ahora se están volviendo impredecibles, con más humedad, menos nieve y más días templados.
Un cambio más veloz de lo esperado
Svalbard se está calentando hasta siete veces más rápido que el promedio global. Y aunque los científicos ya sabían que el Ártico estaba cambiando, nadie esperaba que fuera tan rápido. Lo que debía ser una expedición para estudiar la nieve terminó siendo una advertencia sobre el futuro.
“Estar rodeado de charcos en pleno invierno fue como estar en otro planeta”, confesó el Dr. James Bradley, líder de la expedición.
El clima cálido afectó incluso la logística del trabajo. La falta de nieve complicó el transporte, puso en riesgo la seguridad del equipo y obligó a cambiar completamente los planes de investigación.

El Ártico se derrite y nos advierte un cambio que ya no podemos ignorar (Foto: NationalGeographic)
¿Por qué importa lo que pasa en el Ártico?
El deshielo del Ártico no es solo un tema lejano para científicos. Nos afecta a todos. Cuando el hielo desaparece:
- Se liberan gases como metano y dióxido de carbono, gases de efecto invernadero atrapados en el permafrost, que aceleran el calentamiento global.
- Cambian los hábitats de especies como los osos polares o las morsas, los zorros árticos, poniendo en peligro su supervivencia. La transformación del hábitat también favorece la llegada de especies invasoras, lo que amenaza la biodiversidad local.
- El nivel del mar puede aumentar, afectando zonas costeras en todo el mundo.
- Se alteran los patrones climáticos que regulan el clima global.
Y hay más: según estudios recientes, podríamos ver un Ártico sin hielo marino en verano tan pronto como en 2027.
El futuro del planeta se escribe en el hielo
Lo que estamos viendo en el Ártico es una señal de alerta para el mundo. No se trata solo de nieve o de osos polares. Se trata de cómo los cambios extremos en una de las regiones más frías del planeta pueden provocar un efecto dominó que afecte nuestra vida diaria: el clima, los cultivos, el agua, la biodiversidad… y nuestro futuro.

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