Cada año, el cáncer le cambia la vida a más de 14 millones de personas, una cifra que la convierte en la segunda causa de muerte en el mundo.
Estas cifras son alarmantes y responden a que en muchas ocasiones el diagnóstico se da en etapa avanzada o no se recibe el tratamiento adecuado, afectando a personas de todas las edades y género.
El crecimiento del las estadísticas
En el 2020, casi 10 millones de personas murieron de cáncer, cifra que superó las muertes por VIH/SIDA, malaria y tuberculosis en conjunto y se espera que para el 2040, la cantidad de muertes por cáncer se eleva a 16,5 millones en el mundo ¡Por eso, el momento de actuar es ahora!
Que pasa en Centro América
En la región centroamericana, el cáncer de mama y de ovario representan el 13,2% y del 3.9%, respectivamente de las muertes por cáncer. Las pacientes con tumores de mama experimentan un crecimiento descontrolado en las células en los senos y en algunos casos, llega a convertirse en cáncer metastásico, es decir que migra a otros órganos. Por su parte, el cáncer de ovario es un cáncer silencioso que se origina en los ovarios y las trompas de falopio, sus síntomas son poco evidentes o confusos en quienes lo desarrollan.
Las casusas de estos tipos de cáncer pueden ser múltiples, sin embargo, la mayoría son consecuencias de ciertos factores distintivos, unos que pueden evitarse al hacer ajustes en el estilo de vida y otros, que son no modificables como factores genéticos o sistemas inmunes debitados.
Dr. Esteban Coto, Director Médico de AstraZeneca para Centroamérica y el Caribe, comenta:
“Aproximadamente un tercio de los casos de cáncer se pueden prevenir, y es aquí en donde las iniciativas de educación para la detección temprana y tratamientos personalizados, complementados con estilos de vida saludable y buenos hábitos alimenticios, son fundamentales. Sin embargo, hay factores de riesgo que no se pueden controlar, como la edad, un sistema inmunitario debilitado y la predisposición genética, principalmente en las mujeres que presentan mutaciones de los genes BRCA1 y BRCA2”.
Los genes (BRCA1 y BRCA2) están presentes en el cuerpo desde el nacimiento y son conocidos por producir proteínas que reparan los daños en el ADN y en algunas ocasiones presentan cambios (variantes o mutaciones / dañinas o patógenas); lo que aumenta el riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer, principalmente de mama u ovario.
Se estima que del 55% al 72% de las mujeres que heredan una variante (mutación genética) dañina en BCRA1 desarrollan cáncer de mama en algún momento de su vida, y entre un 45% al 69% de quienes presentan la variante dañina BCRA2, lo manifestarán entre los 70 y 80 años; un comportamiento muy similar se presenta en el cáncer de ovario, donde del 39% al 44% de las pacientes que heredan la variante dañina en BCRA1 son diagnosticadas de cáncer de ovario en algún momento de su vida, mientras que del 11% al 17% con la variante dañina BCRA2 lo presentarán entre los 70 a 80 años.
La ciencia avanza para la prevención
El avance de la ciencia permite hoy día, aplicar exámenes por medio de muestras de sangre o saliva que logran verificar si el paciente presenta alguna variante dañina en su organismo, sin embargo, son recomendados únicamente para aquellas personas que presentan una probabilidad mayor de ser portador, como quienes tienen antecedentes familiares, en particular las mujeres que dentro de su círculo familiar se diagnosticó algún caso de cáncer de mama u ovario.
Actualmente, existen probabilidades altas de cura, siempre y cuando se obtenga un diagnóstico temprano, esto por medio de los diferentes tratamientos y la atención integral que se brinda, por lo que, la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) busca generar conciencia, sensibilización y educación sobre esta patología, invitando a las personas a unirse contra la lucha de la epidemia mundial del cáncer, a través de su campaña «Por unos cuidados más justos» y promoviendo el acceso igualitario a la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y el cuidado del cáncer para salvar más vidas.