Floribeth Mora vive un milagro por la intercesión del Papa Juan Pablo II

 «Levántate, no tengas miedo.» Floribeth Mora escuchó una voz mientras reposaba sobre su cama inmóvil y observaba la Beatificación de Juan Pablo II desde Costa Rica en su televisor. «Levántate, no tengas miedo.» Escuchó la voz de nuevo, pero esta vez le respondió: «Sí, Señor.» Floribeth se levantó muchos días después de que le habían dado la triste noticia de que solo le quedaban unas cuantas semanas de vida a causa de un aneurisma cerebral. 

¿Quién es Floribeth Mora?

«Yo me divido en dos Floris; una Flori que trabaja y otra que atiende lo que Dios me mandó.» 

Floribeth Mora, o Flori como le gusta que la llamen, es una mujer costarricense con siete nietos y cuatro hijos que ha viajado por todo el mundo para llevar un mensaje de fe y esperanza. Flori viajo a Guatemala y vino a El País de los Jóvenes a compartir ese mensaje. «Contando testimonios es cuando uno se acerca más a un Dios vivo.», comentó al inicio de su entrevista.

A simple vista, Flori Mora se ve como una mujer saludable y no parece que haya sufrido de ninguna enfermedad, como le dijeron hace 8 años cuando fue al hospital a causa de un dolor de cabeza extremo. En abril del 2011 la internaron en un hospital en San José, Costa Rica, donde le dijeron que tenía un aneurisma, una inflamación en las arterias. En el caso de Flori, sus arterias se inflamaron y explotaron. Los doctores no pudieron cerrarle la hemorragia porque estaba en el polígono de willis,  un lugar muy delicado en el cerebro, y debía viajar a México o Cuba. 

«Yo prefiero que se vaya a su casa; no podemos hacer nada. Disfrute a sus hijos… en un mes usted va a morir.» Estas fueron las palabras que le dijo el doctor a Flori y a su esposo. Lo más doloroso para ella, fue ver a sus hijos sufrir. «Aquí voy a dormir hasta que te vayas.» Le dijo su hijo menor, mientras la cuidaba. 

«Sálvame, yo no quiero morir.»

Poco a poco, Flori fue perdiendo la movilidad y la memoria, pero no perdió la fe;  le pedía a Juan Pablo II que le dijera a Dios que la salvara: «Juan Pablo II ahora que tú estás con el Señor, dile que yo no me quiero morir.» Mientras más empeoraba, Flori aceptó su destino y su clamor cambió: «Juan Pablo dile a Dios que está bien, pero que cuide de mis niños.»

El día de la Beatificación de Juan Pablo II, Floribeth Mora se encontraba en su cama viendo el evento desde su televisor, sobre el cual se encontraba una imagen de Juan Pablo II. Flori escuchó una voz que le decía: «Levántate no tengas miedo.» Al inicio creyó que estaba alucinando por la condición en la que se encontraba, pero la escuchó de nuevo y al ver que las manos de la imagen de Juan Pablo II salieron de la imagen, ella le respondió con seguridad: «Sí, Señor.» 

«Me levanté con una paz y no tenía miedo.»

Cuando llegó caminando a la cocina, su esposo asombrado le preguntó la razón por la cual estaba levantada. Ella le dijo que se sentía bien, pero todavía no se atrevía a decirle lo que había sucedido. «Si le digo, va a pensar que estoy loca.», pensó. Después de un tiempo, le declaró a su familia la razón de su buena salud: «Declaro en fe que estoy sana por la intercesión de Juan Pablo II.» 

Escribió su testimonio 

Flori sentía que ya no tenía un aneurisma, pero, a pesar de que estaba segura de su salud, decidió acudir al médico para que le hicieran una evaluación. El doctor estaba sorprendido de verla, pero nada como cuando confirmó lo que ella ya sabía: no tenía nada en el cerebro. Durante la entrevista Flori nos mostró sus certificados médicos, al igual que las resonancias magnéticas.

«No hay ni siquiera un rastro de que haya sufrido un infarto cerebral.»

Después de confirmar científicamente el milagro, Flori compartió su testimonio en internet. Su historia se difundió y llegó hasta el Vaticano. Viajó hasta Italia en donde le realizaron evaluaciones médicas para confirmar su buen estado de salud. El proceso de confirmación de su milagro fue difícil y agotador. Fue interrogada en un foro de sacerdotes que llegaron a Costa Rica y verificaron el milagro. Luego, el Papa Benedicto XVI aceptó el milagro y se concluyó el duro proceso de verificación.

Este es el segundo milagro de Juan Pablo II, a través del cual se le proclamó su santidad. 

Mira la entrevista con completa y conoce cada detalle del milagro de Floribeth Mora aquí: 

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