Hábitos para mejorar nuestra espiritualidad. La espiritualidad es una condición del espíritu. Es cuando una persona vive en una disposición moral, psíquica, y cultural con un espíritu pleno. Muchos, queremos vivir mejor. Dejar de vivir por vivir, y entender nuestra vida de una manera que nos haga sentir paz y armonía en nuestro diario vivir, y que se transmita a los demás.
El perdón
Un hábito que mejora nuestra vida es perdonar. Es difícil tener una vida plena cuando nos aferramos a sentimientos de rencor, odio y resentimiento. Es cierto que a nadie le gusta que lo lastimen y hieran, pero también es cierto que todos cometemos errores y podemos lastimar a los demás, ya sea inconsciente o porque pensamos que nuestro juicio es el correcto. Existe una frase célebre que dice que el resentimiento es como tomarse un vaso de veneno y pretender que otros sean los que mueren. No nos envenenemos, dar perdón es sanarnos a nosotros mismos.
No basta con perdonar, sino que tenemos que pedir perdón. Es de valientes acercarse a las personas que hemos herido, haya sido nuestra intención o no, y de todo corazón ofrecer una disculpa. Libera una carga enorme y mejorar nuestra comunicación. También, hay que pedirse perdón a uno mismo; los errores cometidos en el pasado, son errores cometidos por una persona diferente, todos cambiamos y tenemos derecho a una segunda oportunidad; si estamos dispuestos a cambiar. Esto también es un paso a la aceptación y amor propio.
Un estilo de vida
El empujoncito que necesitamos para mejorar nuestra vida, también puede venir desde nuestro propio cuerpo. Mantener un estilo de vida limpio y sano nos permite tener más energía y tener más pensamientos positivos. Asimismo, mantener una mente sana. La soberbia, enojo, culpa, vergüenza, miedo y odio no permiten que vivamos felices; son sentimientos humanos y válidos, pero mantenerlos por mucho tiempo, sin exteriorizarlos o nunca trabajar en acabarlos, no aportan a la paz interior. Para una limpieza interior tenemos que sacar esos sentimientos negativos y llenar esos espacios con sentimientos de paz, perdón y amor. Debemos de darle seguimiento a nuestro cuidado personal y mental.
Por último, hay que volvernos más atentos a las cosas que pensamos, hablamos y hacemos. Como humanos a veces prestamos más atención a lo que hacen los demás y olvidamos nuestro propio comportamiento. El meditar antes de dar una respuesta o hacer algo, analizar porque pienso de cierta manera y aprender a manejar nuestro autocontrol nos ayuda a conocernos mejor y dar la mejor perspectiva de nosotros mismos.
Tampoco podemos permitir que los pensamientos destructivos y deprimentes controlen nuestra vida. Cuando estamos en momentos difíciles es fácil hundirnos en el dolor y denigrarnos, pero en vez de ver los problemas como un arma para hundirnos, podemos verlos como un empujón para mejorar y corregirnos.