La inglesa Letty McMaster de 28 años se ha convertido en un ejemplo a seguir para todos. No solo denunció el abuso y las malas condiciones en las que vivían los niños de un orfanato en Tanzania, sino que adoptó a un grupo de 14 niños y adolescentes para darles un hogar digno.
McMaster, originaria de Tunbridge Well, Inglaterra, viajó a Tanzania como voluntaria en un orfanato cuando tenía 18 años. La joven descubrió que su vocación era ayudar a los niños y jóvenes, por lo que extendió su estadía.
Sin embargo, no todo resultó ser como esperaba. McMaster se dio cuenta que los encargados del orfanato se apropiaban de los donativos para sus propios beneficios y muchas veces los menores solo comían una vez al día. Además, eran abusados física y psicológicamente.
«El abuso por el que estaban pasando los niños en el orfanato era terrible y vi el impacto que tuvo en ellos y supe de inmediato que algo tenía que cambiar», contó McMaster a un periódico inglés.
La joven le informó a las autoridades lo que estaba sucediendo en el orfanato y tras varias investigaciones, lo cerraron. Al percatarse de las consecuencias que afectarían a los niños y adolescentes que vivían en el instituto, McMaster decidió darles un hogar.
«No podía dejarlos en esa situación, así que mi nuevo objetivo era conseguirles un hogar familiar», expresó McMaster.
McMaster creó una asociación llama Street Children Iringa, para recaudar donaciones y ayudar a niños y adolescentes que no tienen familia o que viven en la calle.
Siete años después adoptó a 14 niños y adolescentes africanos, cinco de ellos vivían en el orfanato que denunció y los demás llegaron a su vida durante otro voluntariado que realizó en áfrica.
«Soy la figura materna en la casa; algunos de los niños pequeños que nunca tuvieron un padre me ven como su madre, pero la mayoría me ve más como una hermana mayor, ya que no soy mucho mayor que algunos de ellos. Soy como cualquier madre que cría adolescentes: me comprometí con ellos y me siento tan bendecida de tener dos familias», dijo McMaster.