*Foto de portada vía Facebook VTVCanal8
Desde que era una adolescente, Andrea Palacios quería ser piloto. Después de muchos años de estudio y esfuerzo, la joven venezolana se convirtió en una de las pilotos más jóvenes del mundo y la capitana más joven de Latinoamérica en manejar el avión Embraer E190, uno de los aviones más avanzados del mundo.
La aviación está en el ADN de Andrea. Su padre es piloto comercial y su madre, junto a otros familiares, integra la aviación. «Mis tías son aeromozas [azafatas, NdE], trabajan como inspectoras de aviación. Mis primos son despachadores y otros son ingenieros aeronáuticos. ¡Todos estamos ligados a este mundo!», comentó a Aleteia.
Antes de graduarse del colegio, Andrea le reveló a sus padres que deseaba ser piloto y ellos la apoyaron. Cuando se graduó, entró al Centro Aerodinámico PAC, al igual que Ciencias Políticas en la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde se graduó como licenciada en Comercio Internacional.
El gran reto de la joven fue ingresar a una de las mejores escuelas de aviación (y de las más costosas) del mundo: el Centro de Instrucción Aeronáutica Civil (CIAC). Solo 50 personas son elegidas de miles de personas que aplican, entre ellas Andrea.
«Me abracé a Dios. Me esforcé y estudié mucho (…) El hecho de que seamos jóvenes no quiere decir que no lo podamos hacer».
Andrea Palacios
Andrea se graduó en el 2012 y desde el 2013 buscó convertirse en la capitana más joven de Latinoamérica en manejar el avión Embraer E190. Con esfuerzo y dedicación, logró alcanzar su objetivo.
Tenía 21 años cuando entró a la aerolínea. «Me tocó trabajar con personas que se asomaban en la cabina y se impresionaban: ‘¿¡Tú eres la que vas a volar el avión!? ¿En serio?’. Al principio incluso fue triste y me decía por dentro: ‘Pero por qué tanto temor si yo estudié esto, me preparé, tengo la formación para hacerlo de manera correcta»‘.
A pesar de su edad, Andrea logró convertirse en una excelente piloto y nos recuerda que: «Si eres un joven y te preparaste y sabes mucho, puedes alcanzar el cielo».