*Foto de portada vía El Siglo
En 1571 el Papa Pío V nombró el 7 de octubre como el día en que se celebra la Virgen del Rosario porque en esta fecha los cristianos ganaron una batalla naval, atribuida a la Virgen María, invocada por la oración del rosario. La historia de esta celebración, realmente comenzó muchísimos años antes de esta victoria con Domingo Guzmán.
En el sur de Francia, un sacerdote español pasó años tratando de convertir a albingenses en cristianos. Los pertenecientes a la herejía albingense creían que existían dos dioses: uno bueno, creador de todo lo espiritual, y uno malo, creador de todo lo material. Para los albingenses todo lo material es malo. El cuerpo es material; por lo tanto, el cuerpo es malo.
Esto llevó a muchas personas a creer que Jesús por tener cuerpo, no es Dios. Además, de otras creencias. El sacerdote Domingo estuvo años en Francia y solo logró convertir a unos pocos. Con el tiempo, abrió un convento para mujeres, en el cual construyeron una capilla dedicada a la Virgen. Fue allí, donde le pidió ayuda a María para que lo ayudara apareció.
Durante su aparición en la capilla, la Virgen María estaba sosteniendo un rosario y le enseño a Domingo a recitarlo. Le dijo que se lo enseñara a todos y que al rezarlo obtendrían abundantes gracias.
Domingo le hizo caso a la Virgen y le enseñó a los demás a rezar el rosario y muchos se convirtieron en cristianos. «El rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos», menciona Aciprensa. Ahora, es parte de la fe católica.