Octubre es ese mes en que el viento sopla diferente, las sombras parecen moverse y las historias de miedo vuelven a colarse en cada conversación. Es el momento perfecto para revivir las leyendas que siguen helando la sangre, generación tras generación. Porque no importa cuánto avance la tecnología… el miedo nunca pasa de moda.
La Mujer del Puente
En un pequeño pueblo de Guatemala, los locales cuentan que, cada madrugada, una mujer vestida de novia aparece en el puente viejo del camino al cementerio. Estas leyendas urbanas dicen que murió el día de su boda, cuando su carruaje cayó al río, y que desde entonces busca a su prometido para poder cruzar “al otro lado”.
Quienes la han visto aseguran que pide ayuda con voz temblorosa, pero al acercarse… desaparece dejando solo el sonido del agua y el olor a flores marchitas. Algunos juran que si la miras a los ojos, amaneces con marcas de barro en el cuello.

El Cadejo del Agua
No es el Cadejo del camino. Esta versión hondureña vive bajo los ríos y lagos. Se dice que es una criatura mitad perro, mitad sombra líquida, que arrastra a los que se asoman demasiado al agua en la noche. Las leyendas cuentan que los pescadores le temen, pues aseguran que cuando el agua se calma por completo, significa que está cerca, observando… esperando el momento justo para arrastrarte.
Muchos pueblos dejaron de pescar después de las nueve, y no por superstición, sino porque varios desaparecieron sin dejar rastro.

El Viejo sin Sombras
Cuentan los mayores que, cuando alguien está a punto de morir, un anciano vestido de negro aparece en la esquina de la habitación. Nadie sabe cómo entra, ni de dónde viene. Las leyendas dicen que no tiene sombra, ni se le oyen los pasos. Algunos aseguran que sonríe justo antes de que el enfermo dé su último suspiro. Pero si alguien intenta hablarle… desaparece, dejando el aire helado.

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