*Foto de portada vía Grimsby Telegraph
Cuando Zane Powles se enteró que miles de colegios del Reino Unido cerrarían por la pandemia del COVID-19, inmediatamente pensó en sus alumnos y tomó acción para que no pasen hambre durante esta crisis sanitaria.
«Mi primer pensamiento fue cómo vamos a conseguir que nuestros niños coman», dijo Powles a Good Morning America. «Tenemos familias vulnerables que necesitan ayuda, así que tuvimos que idear un plan».
Powles es maestro auxiliar en la escuela Western Primary School en Grimsby, Inglaterra. Averiguó la dirección de los hogares de todos sus alumnos y todos los días carga 78 unidades de alimentos, que equivalen a 40 libras de comida, para asegurarse de que coman.
«Algunas familias tienen mucho miedo de salir de la casa y familias que no obtendrían ningún alimento si no fuese por medio de la escuela. Es realmente útil para toda nuestra comunidad y los padres que desean mantener a sus hijos a salvo de una enfermedad terrible», explicó.
Con una mochila en la espalda, otra en el pecho y muchas bolsas en la mano, Powles camina aproximadamente 8 kilómetros durante tres horas. Además de comida, también les lleva su tarea.
«Los niños están realmente felices de verme, hasta que ven todos los papeles que llevo en mis manos»,comentó Powles, mientras se reía. «Es genial porque puedo asegurarme de que todas las familias estén bien y mantener esa conexión con la escuela para los niños.»
Powles planea seguir repartiendo alimento y tareas a sus estudiantes por todo el tiempo que sea necesario. Su increíble labor refleja su inmensa bondad y amor hacia sus alumnos.