HBO estrenó “Marcial Maciel: El lobo de Dios”, un documental que profundiza en la vida y crímenes de Marcial Maciel, el sacerdote mexicano que fundó los Legionarios de Cristo. Durante décadas, Maciel fue visto como un líder intachable, una estrecha relación con el Vaticano, con capacidad de influir en millones de personas y consolidar una de las órdenes religiosas más poderosas del mundo.
Sin embargo, detrás de esa imagen de santidad, se ocultaba un historial escalofriante. Al menos 60 menores fueron víctimas de abuso sexual, según investigaciones y reportes de medios como CNN. Lo que muchos consideraban un líder ejemplar resultó ser un hombre que aprovechó su poder para manipular, engañar y traicionar a quienes confiaban en él.
Engaño y manipulación
El documental muestra cómo Maciel se convirtió en un auténtico “maestro del disfraz”, manipulando familias, seminaristas y seguidores para mantener su fachada de respetabilidad. Convencía a los padres de confiarle a sus hijos prometiéndoles educación, disciplina y bienestar, mientras abusaba de ellos.
Además de los abusos, llevaba una doble vida: tuvo varios hijos con distintas mujeres, los visitaba y los apoyaba económicamente en secreto, mientras consumía drogas y mantenía su imagen pública intacta. Muchos seguidores, al enterarse de las denuncias, pensaban que se trataba de una campaña de desprestigio para destruir su reputación.

Ascenso al poder
Marcial Maciel ingresó al seminario a los 16 años y rápidamente mostró ambición y habilidades para consolidar influencia. Con la aprobación del Vaticano, fundó los Legionarios de Cristo, expandiendo la orden con colegios, universidades y seminarios en México y el extranjero. Su imagen de líder incansable y devoto se mantuvo hasta finales de los años 90, cuando comenzaron a filtrarse denuncias de abusos que venían de décadas atrás.
En 1997, un diario en Connecticut, Estados Unidos, publicó las primeras acusaciones de ocho hombres. Un año después, la Congregación para la Doctrina de la Fe recibió oficialmente las denuncias. Más adelante se confirmó que Maciel había tenido hijos con diferentes mujeres, pero la Iglesia no reconoció oficialmente la información hasta 2010.
Consecuencias de sus actos
A pesar de la magnitud de los crímenes, Maciel nunca enfrentó juicio ni fue encarcelado. En 2004, se le ordenó retirarse de la vida pública y trasladarse a Florida, donde vivió hasta su muerte en 2008 a los 87 años, manteniendo su inocencia. Solo se le obligó a llevar una vida de penitencia por orden del Papa Benedicto XVI.
El informe de los Legionarios de Cristo revela que, entre 1941 y 2019, 175 menores fueron abusados por 33 sacerdotes de la orden, incluyendo al propio Maciel, quien cometió abusos contra al menos 60 de ellos. La mayoría de las víctimas tenía entre 11 y 16 años. Muchos de los abusadores ocupaban cargos de autoridad, lo que dificultaba las denuncias y sanciones. Además, varios de ellos habían sido víctimas previamente, evidenciando cadenas de abuso dentro de la congregación.

La vida dentro de los Legionarios
Exmiembros de los Legionarios han descrito la organización como una secta, con reglas estrictas que prohibían criticar al fundador o cuestionar sus decisiones. Esta cultura permitió que el abuso se perpetuara durante décadas. Además, el informe indica que varios sacerdotes acusados de abuso todavía pertenecen a la orden, aunque con restricciones en sus funciones para mantenerlos alejados de menores.
También señalaron que Maciel realizó aportes significativos al Vaticano durante el pontificado de Juan Pablo II, quien valoraba la disciplina de los Legionarios.

Nuevas reformas y más transparencia
Después de décadas de encubrimiento, el Papa Francisco eliminó la regla del secreto pontificio sobre casos de abuso sexual, permitiendo que las víctimas puedan denunciar y que las autoridades civiles tengan acceso a la información. Esto busca garantizar mayor transparencia y evitar que casos como los de Maciel queden ocultos.
El caso de Marcial Maciel muestra cómo el poder y la influencia religiosa sirvieron para cometer crímenes bajo la apariencia de fe. El documental de HBO expone los abusos y manipulaciones, y también permite que las víctimas silenciadas durante décadas compartan su experiencia, revelando el impacto devastador del encubrimiento en la Iglesia.
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