*Foto de portada vía Myitkyina News Journal / AFP
Desde el 1 de febrero de 2021, el ejército de Myanmar, un país sudeste asiático, volvió a tomar el poder después de una década de democracia, bajo el gobierno de ganadora del Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.
El golpe de Estado sucedió tras la reelección de Suu Kyi, quien lideró al país hacia la democracia tras casi 50 años de régimen militar. La líder fue capturada y los ciudadanos han realizado diversas manifestaciones para combatir a los militares.
El pasado 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, un grupo de policías armados atacaron a ciudadanos que estaban manifestando pacíficamente en las calles de Mytkyina con gas lacrimógeno y granadas cegadoras. Muchos civiles resultaron heridos, entre ellos niños.
En medio del caos, la monja Ann Rose Nu Twang, de 45 años, salió a la calle a clamarle a los policías armados que no le dispararan a los niños. La mujer se arrodilló ante las fuerzas armadas, mientras gritaba: “Mátenme a mí, pero no a los niños”.
En imágenes difundidas por el medio local Myitkyina News Journal, aparecen dos policías que se arrodillaron ante la monja, mientras otros permanecen indiferentes.
“Les supliqué que no dispararan […], que en lugar de ello me mataran a mí. Levanté las manos en señal de perdón”, contó la monja a la AFP.
Dos monjas salieron a apoyar a Ann Rose y una de ellas dijo: “Paren, están torturando y matando a gente. Es por eso que la gente está enfadada y se manifiesta”.
Tres manifestantes murieron, pero el resto de civiles permanecieron con vida. Ann Rose Nu Twang ha sido nombrada como heroína por su valentía en un país mayoritariamente budista.
Según la Asociación de asistencia a los presos políticos, al menos 60 civiles han perdido la vida desde el golpe de Estado y más de 1,800 personas han sido detenidas.