Todos tenemos sueños que quisiéramos llevar a la realidad, algunas personas lo tenemos desde pequeños y lo hemos atesorado en lo más recóndito de su nuestro corazón y ahí lo hemos mantenido, escondido, envuelto en el papel de “algún día”.
Te ha pasado que en un momento de euforia, lo sacas de su envoltorio, quitas las telas de araña, lo ves con amor infinito, piensas que es el momento, la adrenalina fluye por tus venas y entonces…
el miedo te invade y te apresura a envolver de nuevo tu sueño en el mismo papel arrugado. ¡Vaya infortunio!
¿Qué fue eso? ¿A caso fue…miedo?
¿Te sentiste identificado con alguna de las definiciones?
Muchas personas se han identificado con la segunda opción porque darle vida a un sueño o proyecto provocará grandes incertidumbres:
Si estás en este punto probablemente ya guardaste de nuevo tu sueño, pero es aquí donde debes analizar cada uno de los factores y los argumentos que tú has puesto como límites para realizarlo; lo más seguro es que te percates que tus miedos no tienen fundamento y lo único que puede pasar es fracasar.
Hay una frase de Paulo Cohelo que quisiéramos analices:
Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar.
Léelo de nuevo sólo que esta vez desglosa la frase:
Ves, no existe otra cosa más que el miedo a fracasar el que te ha hecho no llevar a la realidad tus sueños; no existe nada más,¡nada!
Queremos dejarte aquí algunas recomendaciones que esperamos te impulsen a buscar entre tus objetos olvidados aquellos sueños que se quedaron ahí y hoy empezar a darles forma.
El País de los Jóvenes agradece a todos aquellos soñadores que a través de la historia se han atrevido a darle vida a sus sueños porque sin ellos el mundo no tendría esperanza.
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