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*Foto de portada vía Valerie Gruet Slowing / Instagram
Revelar un secreto no siempre en sencillo; muchas veces requiere de mucha valentía para poder «sacarlo a la luz», especialmente si se trata de un abuso. Es por eso que sin conocer a Valerie Gruest Slowing, nadadora olímpica, sabemos que es una persona muy valiente. No solo porque reveló la verdadera razón por la cual se retira de su carrera deportiva, sino porque logró separarse su abusadora.
El pasado lunes 23 de junio, la guatemalteca de 21 años Valerie Gruest Slowing anunció que se retira de su carrera como nadadora en un mensaje en Instagram, en el que afirmó que soportó años de abuso psicológico, físico y sexual.
«Mi realidad auténtica a lo largo de mi vida ha sido completamente diferente de lo que todos han podido ver, ya que soporté abuso psicológico, físico y sexual mientras crecía», escribió Gruest Slowing.
Se desconoce quién fue responsable de tal abuso, pero se sabe que fue una mujer. La experiencia de Valerie, como la de otras víctimas, nos demuestra que cualquier persona puede cometer un acto tan repugnante y malvado como el abuso.
«Hasta hace tres años que pude separarme de mi abusadora para detener este ciclo y procesar estos eventos», dijo.
Valerie, quien recientemente se graduó de la Universidad de Northwestern en Illinois, es hija de la nadadora olímpica, Karin Slowing, y sobrina de Melanie Slowing, quien también practicó el mismo deporte a nivel olímpico.
Participó en los Juegos Olímpicos de 2016, en Río de Janeiro, a sus 17 años siendo la deportista más joven de la delegación de Guatemala. Su especialidades son las pruebas de 400 y 800 metros estilo libre.
Para la guatemalteca no fue fácil tomar esta decisión, pero admitió que «es una de las mejores decisiones que ha tomado», tras una carrera de muchas alegrías, pero también llena de altibajos.
«Durante estos tiempos aprendí que la familia no siempre es sangre: son los amigos quienes te apoyan en tus momentos más difíciles, te aceptan por lo que eres, te aman incondicionalmente y hacen que la vida valga la pena», escribió Gruest Slowing.
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