Las madres y sus hijos comparten una relación sumamente importante, algo que no comparten con ningún otro ser humano. Por ello, distintas instituciones dan feriado cada Día de la Madre y las ventas de los negocios incrementa significativamente en esta fecha. Tiene sentido, estamos celebrando a la mujer que nos trajo a la vida, quien nos dará amor incondicional y estará para nosotros sin esperar nada a cambio.
Tristemente, no todas las madres son amorosas y algunas utilizan su «rol de madre» para controlar la vida de sus hijos y abusar de ellos física, emocional, psicológica y hasta sexualmente. Lo peor de todo es que juegan con la estabilidad mental de sus hijos diciéndoles que lo que ellas hacen es «por su bien».
«Mi mamá abusa de mí porque yo hice algo mal»
No solo «la sociedad» nos dice que nuestras madres quieren lo mejor para nosotros, también está en nuestra naturaleza; son ellas quienes generalmente nos amamantan y nos cuidan desde que nacemos. De esta forma crecemos pensando que ellas saben lo que es bueno para nosotros.
Cuando una madre abusa de su hijo o hija, una de las cosas que piensa el menor es: «Mi mamá está haciendo esto porque yo hice algo mal«. Claro, ella sabe qué es lo mejor para nosotros… ¿no?
NADIE, ni tu mamá, tiene derecho a abusar de ti
Si tu mamá es latina es común que hayas escuchado la frase: «¡Porque soy tu madre y punto!». No está mal empleada cuando la autoridad necesita ser empleada (en casos razonables) y después de unos años nos parece divertido recordar esos momentos en que nuestra madre la decía. Sin embargo, hay madres que las utilizan para seguir abusando de sus hijos.
Cuando un menor le dice a su madre que algo le está haciendo daño y que ya no quiere ser abusado, muchas madres imponen su autoridad recordando su «rol de madre» con la famosa frase: «¡Porque soy tu madre y punto!». Claro, con esta respuesta le estás diciendo que tiene que hacer todo lo que ella diga… aunque sea malo.
Lo peor de todo es cuando terceras personas utilizan la misma frase para justificar el constante abuso de tu madre, especialmente cuando ya no eres menor de edad. La conversación es algo así:
-A: Cada vez que miro a mi madre me lastima… Creo que me voy a alejar un poco de ella.
-B: ¿Cómo vas a hacer eso? ¡Pero si es tu madre!
-A: Sí, lo sé. Sin embargo, también sé que no la puedo cambiar y realmente me está afectando tener una relación con ella.
-B: Tienes que perdonarla… es tu madre, te dio la vida.
-A: Perdonarla no implica tener una relación con ella. Siento que cada vez que la veo mi salud mental se ve afectada.
-B: Tu madre te ama… no es algo que no puedan resolver.
Es posible sanar la herida de una madre abusadora
No tienes la culpa de haber sido víctima de tu madre, pero sí tienes la responsabilidad de sanar esa herida. Puede ser un proceso doloroso o tardado, pero sin duda jamás te arrepentirás.
Recuerda que está bien no tener una relación con tu madre si afecta tu salud mental, lo que no está bien es abusar de los demás solo porque a ti te lastimaron.
Si tu madre no fue abusadora, recuerda tener compasión con los demás y ten presente que sí existen las madres que realmente no quieren a sus hijos.
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