El pasado 14 de febrero fue un día en donde se vivió angustia y terror provocado por un tiroteo en una escuela secundaria en el estado de Florida, Estados Unidos.
Un día que se suponía que debería ser lleno de festejo y amistad, resultó ser una total una pesadilla que dejó a muchas personas con el corazón destrozado.
Nikolas Cruz, un joven de 19 años, ocasiona un tiroteo en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas, dejando 17 muertos y varios heridos, entre ellos alumnos y profesores.
Conforme a las investigaciones la historia de Cruz se convierte inquietante cuando se dan a conocer datos alarmantes que podría ser razón para reconocer a este chico como peligroso.
Años atrás Cruz fue expulsado de esa misma escuela cuando cursaba el octavo grado por problemas «disciplinarios». El joven era reconocido por sus ex compañeros como una persona de pocos amigos y obsesionado por las armas.
Estos comportamientos llegaron a tal punto que sus compañeros no se quitaban de la mente que podría ser peligroso convivir con el, por sus antecedentes problemáticos.
Después de varias investigaciones por parte de la policía se percataron que el joven presumía en sus redes sociales (las cuales fueron cerradas) la cantidad de armas que poseía, además que posiblemente había advertido sobre este tiroteo tiempo atrás en un comentario realizado en Youtube.
En las últimas noticias del caso han revelado que cuatro agencias e instituciones estatales recibieron avisos sobre la peligrosidad y la inestabilidad mental del joven de 19 años, tiempo atrás.
Alertas que fueron pasadas por alto por las autoridades, consecuencia de esto fue que tiempo después este mismo chico ocasionó un tiroteo dejando sin vida a personas inocentes con futuros prometedores.
Antecedentes alarmantes
Entre los antecedentes del chico estaban situaciones peligrosas, entre ellas una filmación cortándose los brazos y afirmando que iba a comprar un arma de fuego, contenido que fue subido a la red social Snapchat.
Su madre adoptiva informó a los funcionarios que su hijo había sido diagnosticado con autismo y que sufría de déficit de atención.
A pesar de dar aviso a las autoridades, Cruz fue calificado como una persona «vulnerable» y que presuntamente fuese víctima de supervisión inadecuada por parte de su madre adoptiva, Lynda Cruz, quien falleció en el año 2017.
Después de varias investigaciones se llegó a la conclusión que tenía una atención adecuada por parte de su madre adoptiva y que no era necesario ser hospitalizado.
Pero cual fue la sorpresa que un año después Cruz mató a 17 personas en su antigua escuela.
Abogados defensores del chico declararon que esta tragedia se pudo haber evitado, debido a que autoridades tiempo atrás fueron alertadas alrededor de 20 veces por la mala conducta de Cruz; información que fue confirmada por el sheriff encargado de la agencia.
Entre la evidencia de esta conducta errádica se encontró que el chico también era parte de un chat privado en Instagram cuya temática era el odio hacia los afroamericanos, los inmigrantes y otras minorías, según fue revelado por medios de comunicación.
Familiares de las víctimas lamentan lo sucedido y se insiste que al haber recibido la atención adecuada, esta pesadilla pudo haber sido evitada.
Nikolas Cruz ingresó a la cárcel del condado de Broward y enfrenta 17 cargos de asesinato premeditado.
Como sabemos el «hubiera» no existe, lo único que nos deja esta triste historia del pasado 14 de febrero, es que para todo existen señales, por mínimas que sean las hay.
En un abrir y cerrar de ojos se marcó la vida de muchas personas y se dio fin a los sueños e ilusiones de los inocentes que fueron asesinados.
Cada joven es un mundo distintos y aunque es muy difícil conocer los pensamientos o intenciones de ellos, estar alerta a cualquier comportamiento es lo más cercano que podemos estar para evitar casos similares a este.
No seamos indiferentes, insistamos, no nos quedemos callados hacia situaciones inquietantes que pueden poner en peligro a más personas.
Nada debe tomarse a la ligera, abramos los ojos y empecemos a defender nuestra vida y la de los demás poniendo la atención requerida.