Todos llevamos un niño interior dentro, esa versión auténtica y sincera de nosotros mismos que aún guarda la pureza y espontaneidad de la infancia. Es esa parte que recuerda nuestras primeras emociones de amor, miedo, alegría y tristeza, y que, aunque muchas veces olvidamos, sigue influyendo en cómo vivimos hoy.
¿Por qué nos desconectamos de nuestra infancia?
Conforme crecemos, las responsabilidades, el trabajo y las normas sociales nos empujan a dejar de lado esa parte esencial. Aprendemos a reprimir emociones, a comportarnos de manera “correcta” y a priorizar obligaciones sobre la creatividad, el juego y los sueños. Esto puede generar sensación de vacío, falta de alegría y desconexión con nuestro propio bienestar.
Desde pequeños, nos enseñan reglas de comportamiento y estándares de éxito que muchas veces eclipsan nuestros intereses y deseos genuinos. Reconectar con tu niño interior es recordar quién eres y darle valor a tu propia esencia.

Redescubrir tu niño interior es la clave para recuperar alegría, creatividad y autenticidad en tu vida diaria (Crédito: Pexels)
Claves para redescubrir tu niño interior
- Recuerda tus hobbies de infancia
Piensa en lo que amabas hacer de pequeño: pintar, leer cuentos, explorar la naturaleza. Retomar esos gustos puede devolver alegría y creatividad a tu rutina.
- Juega sin metas
El juego no necesita ser productivo. Ya sea un deporte, juegos de mesa o inventar tus propias dinámicas, dedicar tiempo al disfrute puro despierta tu lado más auténtico.
- No busques encajar
Forzarte a encajar puede apagar tu chispa interior. Mantente fiel a tus gustos y personalidad, incluso si son diferentes a los demás.
- Sé espontáneo
Rompe la rutina de vez en cuando: un paseo improvisado, una salida al cine sin planearla o cualquier actividad fuera de lo común puede reactivar tu creatividad y alegría.
- Rodéate de personas auténticas
Las relaciones que aceptan y valoran quién eres fomentan la conexión con tu niño interior. Busca amistades que te permitan ser genuino.
- Explora tu creatividad
Dedica tiempo a actividades artísticas o creativas como la pintura, escritura o música. El objetivo no es el resultado, sino disfrutar del proceso y expresarte libremente.
- Conéctate con la naturaleza
Estar al aire libre despierta la curiosidad y el asombro, características propias de la infancia. Pasea por parques, bosques o playas y redescubre la maravilla de tu entorno.
- Escucha tus emociones y practica gratitud
Acepta tus sentimientos sin juzgarlos y aprecia las pequeñas cosas de la vida: un atardecer, una sonrisa, el canto de los pájaros. Esto te ayuda a mantenerte presente y conectado contigo mismo.

Aprende a redescubrir esa parte de ti que aún guarda espontaneidad y emociones genuinas de la infancia (Crédito: Pexels)
Pequeños momentos, gran conexión
No necesitas horas para reconectar con tu niño interior, a veces solo cinco minutos al día son suficientes para sentirte más vivo y auténtico.
Volver a tu esencia no solo mejora tu bienestar emocional, sino que también fortalece tus relaciones y despierta la alegría que muchas veces dejamos atrás al crecer.
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