La Universidad de Harvard desarrolló un test para diagnosticar el zika en menos de tres horas, con el fin de reducir riesgo de propagación. Las pruebas fueron exitosas al usarlo mediante la sangre o saliva de sus pacientes.
Estos avances aparecieron en la revista Cell y Claudio Struchiner, epidemiólogo en la Fundación Oswaldo Cruz, comentó: «en realidad no sabemos cómo de rápido se está moviendo el virus porque la diagnosis no se hace bien». Esto puede ser un gran avance para combatir esta amenaza mundial, ya que la carencia de una herramienta de este tipo, ha impedido diferenciar el zika de otras enfermedades como el dengue.
¿Cómo funciona?
El examen consiste en tiras de papel que cambian de color en función del virus, si está o no está presente. Como se muestra en la imagen siguiente, los puntos amarillos indican que las muestras están libres del virus, mientras que el color violeta apunta a una infección.
El sistema es de bajo costo, lo que podría ayudar a ser implementado en países como Guatemala u otros países de Centroamérica, que no cuentan con recursos necesarios para combatir estas enfermedades. No obstante, el aparato cuenta con las tecnologías CRISPR-Cas9, tecnología genéticas más revolucionarias de los últimos años.