La lucha por la inclusión parece excluir a las personas con discapacidad. Muchos no pueden movilizarse con facilidad, estudiar, trabajar e incluso, comunicarse. Un grupo de niños de seis años nos han demostrado que el mundo puede cambiar si nosotros tomamos acción.
Morey Belanger, una niña estadounidense de seis años, es la primera estudiante con discapacidad auditiva de la escuela Dayton Consolidated Elementary en Maine, EE.UU. Sus padres no estaban seguros de que esta fuese la mejor opción, incluso consideraron meterla a un colegio para personas sordas, pero querían que su hija tuviera una vida normal.
«Siempre piensas en las cosas malas, como [la posibilidad de que] se burlaran de ella», dijo Shannon, la madre de Morey, a CBS News. «Afortunadamente tomamos la decisión correcta».
Al enterarse de que Morey ingresaría a la escuela, los estudiantes comenzaron a aprender lenguaje de señas con la ayuda de carteles y libros. Querían apoyar a su futura compañera y poder comunicarse con ella.
La administración de la escuela no tiene implementado la materia de lenguaje de señas en el pensum académico, sino que es un acto de solidaridad que los niños han hecho por iniciativa propia.
«Queremos que se sienta cómoda y segura y que seamos capaces de hacer una amistad», dijo un estudiante.
Los niños todavía no son expertos en el lenguaje de señas, pero pueden lograr comunicarse con ella casi siempre. En una ocasión, cuando Morley no se dio cuenta de que la línea de la cafetería se movía, una niña le dijo que caminara, seguido de la seña universal de «¡Muy bien!».
Este es un verdadero ejemplo de solidaridad, amabilidad y empatía. Estamos seguros que este gran acto ha impactado positivamente la vida de Morey, brindándole la oportunidad de recibir una educación «normal».