El pasado 14 de noviembre del 2016, el sur de Nueva Zelanda fue golpeado por un fuerte terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter.
Este fuerte sismo dejo varias casas y construcciones destruidas en varias ciudades de este país. En el lugar del epicentro, los científicos encontraron algo que los impactó grandemente.
El movimiento telúrico había creado una «Muralla» natural de aproximadamente 4.5 metros de altura abarcando 3 kilómetros de largo.
Los científicos determinaron que la gran muralla hecha de roca solida muestra claramente la magnitud del sismo y el movimiento que hizo la tierra durante el acontecimiento natural.
Esta nueva muralla natural ha atraído la visita de muchos curiosos nacionales e internacionales a la zona para verlo con sus propios ojos.