«Al inicio creí que eso era normal, ver porno estaba bien, pero llegó un punto en mi vida donde sólo pensaba en eso a cada momento, hasta mi forma de hablar fue cambiando, todo era sexo, sexo, sexo» ( Julio)
A continuación vamos a tocar un tema bastante complejo por el efecto tan nocivo en los jóvenes o cualquier persona y a cualquier edad, pero también lo complejo que es por lo sencillo de tener acceso a cualquier cantidad de información en la web sobre este tema.
Además contaremos la historia de «Julio» (seudónimo) , un joven de 27 años, graduado de la universidad, quien nos contó que es de una familia muy tranquila, trabajadores, de clase media. El inició su historia contando que era un niño con muchos sueños, estudioso, pero que se fueron truncando esos sueños cuando la pornografía se apoderó de él en la adolescencia.
Julio nos comentó que desde pequeño a él le decían que no era correcto ver pornografía, lo cual él lo creía aunque siempre había curiosidad, también a esa edad miraba este tema como un tema tabú y que se trataba con mucho tacto en su casa, su papá en el momento correcto le había hablado con mucho amor de ese tema y le dio los consejos adecuados, pero a sus 16 años vio su primera película porno con un par de amigos del colegio.
«No te imaginas lo que hizo en mi vida, me sorprendí de muchas cosas que vi y no te miento me gusto mucho, pero luego de esa película, vinieron más y más, esto no paraba y por ende esto generaba mucha excitación en mi a cada momento, con las hormonas hasta arriba. Todo a escondidas de mis papás, por supuesto. Pero en la medida que iba creciendo y tomando más libertad por mi edad, esto pasó a más. A los 17 tuve mi primera relación sexual y vi a esa muchacha como una artista porno, yo llevaba dos años metido en pornografía full, yo sabía de todo y cuando tuve mi primera experiencia, fue extraño, pensé que iba a ser como una de esas películas, por eso hasta hice y dije cosas a esa pobre muchacha, creo que a ella la asuste por completo. Solo fue esa vez con ella, porque nunca más me volvió a hablar y yo la vi como alguien que no estaba a mi altura de conocimiento de sexo, imagina eso a los 17 años, pero era todo como lo miraba desde la perspectiva de la pornografía. Luego de eso a los 18 años empece a visitar prostíbulos, creo que en esos lugares encontraba más lo que mi mente buscaba o lo que yo entendía por sexo más libre sin ninguna atadura como lo miraba en los videos. Bueno, también era estar a la caza para buscar «amigas» que querían tener sexo casual y hacer realidad lo que mi mente miraba en las películas».
Recuerdo que a los 21 años, me sentía con toda la libertad de hacer lo que quería con mi cuerpo y con mi mente. Armamos con mis «amigos» bueno los que estábamos metidos en esto, un chat y nos pasábamos cualquier cantidad de porno, fotos, videos, links, chistes, pero esto iba subiendo de tono cada vez más, habían hasta fotos personales de algunos cuando encontrábamos a una mujer que aceptaba tomarse algún video o fotografía. Esto iba sobre pasando los límites , recuerdo que un día estaba almorzando con mi familia y en plena mesa con mis papás , mi hermana y mi abuela, recibí un video porno y llegue al descaro de ver esa película en la mesa, me acomodé de tal forma que no se dieron cuenta de lo que estaba viendo, pero yo hasta me estaba excitado, ¡imagina! , enfrente de mis papás, eso llegó al descaro total, pero para mi era como un reto en ese momento, hasta que mi papá me regañó y me dijo que iba a revisar el celular. Era como no poder parar mi adicción, para mi era un vicio todo esto, pero yo no lo miraba como así.
¿Qué es lo que hace en nuestro cerebro la pornografía?
El alto consumo de pornografía puede alterar la estructura y el funcionamiento del cerebro provocando que surja la adicción o algún tipo de comportamiento adictivo. Tanto mantener relaciones sexuales como soñarlas conduce a la liberación en el cerebro de una sustancia llamada dopamina (responsable de las emociones y los sentimientos de placer).
La diferencia con respecto a practicar sexo, es que el porno produce una especie de “inundación” de dopamina. La descarga excesiva de esta hormona puede producir desórdenes cardiovasculares, renales, estomacales o endocrinos, entre otros males.
Esto queda tan claro que hasta para tener relaciones sexuales necesitan ver pornografía.
Así, la mente de un adicto a la pornografía se presenta con una constante necesidad de sentir una fuerte estimulación. Es por ello que el cerebro de un aficionado al contenido sexual explícito es comparado con el de un alcohólico o un drogadicto.
«Julio» nos siguió contando su historia:
Mira en la U , iba más o menos en las notas, pero ya no estudiaba como debía, para mi todo giraba en torno a la pornografía, casi no dormía, mi vocabulario cambió, porque con mis amigos del chat era todo en doble sentido, no respetaba a nadie. Pero en mi casa no hablaba mucho, me encerraba en mi cuarto.
En la U no iba bien, creo que cada vez peor en las clases, todo era sexo y más sexo, ya no respetaba a mis otros amigos y tampoco a mujeres que estaban con nosotros, por ejemplo en una reunión, era tanto el tema del sexo, que miraba a alguien y era desnudarla con la mirada, empezar a tener fantasías como si fueran las películas que miraba o conseguir quien quería acostarse conmigo. Pero te digo algo, las veces que lo conseguí me ponía a ver pornografía para excitarme primero. Algunos amigos que se dieron cuenta de todo esto, me hablaron y me decían, Julio estas enfermo, qué te pasa, esto ya no es normal, me miraban cambiado por completo. Pero mi respuesta era «yo adicto a la pornografía, para nada»
Cuando conseguí un trabajo, empezó otra etapa más fuerte, tuve mi primera tarjeta de crédito, y sentí que había dado un gran paso, empece a meterme a páginas que requerían pago, me endeude por completo. El sueldo casi total era para pagar la tarjeta para el consumo de pornografía y para ir a meterme a lugares de perdición. No podía parar, era sentir algo más fuerte que mi voluntad en todo esto. Una página me llevaba a otra, ya no sólo era ver relaciones entre un hombre y una mujer, empece a ver orgías, ese mundo te presenta toda clase de opciones, era una locura todo esto, era ver cada vez más, más y más pornografía. Esto era como hundirme en un infierno que me mostraba muchas cosas y yo quería casi probar de todo en la realidad.
¿Lo probaste Julio?:
Me duele decirlo, pero sí, vas encontrando gente con la misma adicción y me metí en orgías, pero esto me llevó a más cosas, en una de esas oportunidad (que no fueron muchas), había tomado licor, pero me drogaron en la casa donde estaba , no recuerdo todo lo que pasó, me robaron todo y creo que eso fue lo que me hizo llegar a un tope en mi vida, me di cuenta hasta donde había caído. Estaba muy asustado, en ese momento me puse a llorar como un niño.
Qué pasa en la mente de un adicto sexual
- La pornografía afecta el comportamiento: Muchos consumidores de pornografía buscan formas de excitarse a través de cosas que antes probablemente les daría asco o aspectos que con anterioridad considerarían como poco éticos y moralmente incorrectos. Una vez que los consumidores comienzan a ver actos sexuales extremos y peligrosos, al paso del tiempo su cerebro empieza a normalizar ese tipo de actos, considerándolos como comunes y sin mayor relevancia en aspectos morales.
- La adicción a la pornografía se intensifica cada vez más: Debido a su naturaleza adictiva y con el fin de sentir simplemente una sensación de normalidad, el individuo tiende a aumentar la dosis de pornografía.
- La pornografía mata al amor: En la vida real, el amor requiere de una persona real. Estudios recientes han descubierto que luego de haber estado expuestos a la pornografía, los individuos se califican a sí mismos con menor capacidad de amar que aquellos individuos que no tuvieron contacto con la pornografía.
- La pornografía es una mentira: En este tipo de material, todo es mentira, desde las miradas y las supuestas razones del acto sexual. Los consumidores de la pornografía están tan obsesionados con perseguir algo que no es real.
- La pornografía te deja solo/a: Entre más se consume más difícil se hace para la persona entablar relaciones reales. Como resultado, muchos consumidores comienzan a sentir que algo anda mal con ellos; no saben cómo volver a ser como antes.
Julio nos cuenta cómo empezó a dejar la pornografía:
Esa vez que me drogaron, amanecí en un cuarto de una casa, estaba desnudo, golpeado, habían otras dos personas igual que yo, uno era el dueño de la casa; él me prestó un teléfono que no se lo habían llevado quienes nos drogaron y tuve que llamar a mis padres para que me ayudaran en ese momento, lloré como un niño cuando los vi llegar, mis papás estaban atormentados, mi mamá se hincó a darle gracias a Dios que estaba vivo, a mi me dolió verlos así. Con toda vergüenza les tuve que explicar lo que había pasado. Luego de ir al médico para hacerme exámenes, gracias a Dios no había ninguna violación, pero si golpes, me habían drogado, también hubo pruebas para ver si había una enfermedad o algún contagio, pero luego de los resultados, no había nada de eso, era como ver una segunda oportunidad en mi vida. Pero al llegar a casa es día, fue muy fuerte abrirme por completo con mis padres y contarles lo que había hecho por tantos años. Esto no era como que te vieran llegar borracho a tu casa y sospecharan que estás tomando licor más de la cuenta, es una droga diferente, pero al final es un vicio; me estaba matando yo mismo, llegué muy lejos. Había mucha gente metida en esto, no sé si todos empezaron como yo, creo que al final todo los vicios se unen en algún momento cuando estas metido en ese mundo.
Mis papás ya habían notado algo y en algunas oportunidades me habían preguntado si estaba bien, porque me miraban desvelado siempre, mi rostro había cambiado, pero siempre ponía una excusa. Los papás se dan cuenta de muchas cosas, uno es el que se esconde.
Ahora que te cuento a ti la historia, quisiera regresar a mis 16 años y entiendo porque mi papá me habló con tanto amor de la vida sexual en el buen sentido de la palabra, en esa oportunidad me habló de amor y el respeto hacia la pareja y no lo quise entender en ese momento. Pero no puedo regresar el tiempo, esto para mi ha sido un aprendizaje enorme en la vida. El mundo esta atorado de pornografía, pero en uno está como manejar su vida y tener cuidado con tantos vicios.
Qué se puede hacer para dejar la adicción a la pornografía:
- Acepta que tienes el problema
- Busca una persona que te pueda ayudar y dar un buen consejo en como manejar esta situación.
- Busca ayuda profesional porque esto puede ser una adicción como cualquier otro vicio.
- Fortalece tu voluntad, es decir, empieza a dejar una vez al día sin ver este tipo de contenido y márcalo en un calendario. Cada día es un nuevo día para avanzar.
- Coloca restricciones en tu celular o en tu computadora.
- Puedes salirte de grupos de whatsapp que manejen ese tipo de contenido.
- Busca algún deporte o lecturas que te llamen la atención para entretener tu mente en algo positivo.
- La parte espiritual es muy importante para fortalecerte.
Julio que le dirías a los jóvenes o personas que están pasando por esto:
«Amense a ustedes, esto es amor propio y autoestima, en un dos por tres puedes estar metido en un gran vicio y no se los aconsejo, tanto a hombres como a mujeres, porque yo vi a ambos sexos metidos en esto. Tengan fe para salir de ese hoyo negro; mi familia y unos amigos me ayudaron a fortalecer mucho mi fe, para salir de esto. También fui al psicólogo por varios meses, hasta que fui sacando todo esto de mi vida, ya llevo varios años fuera de eso y muy feliz, tengo una vida muy tranquila, tengo una novia con quien tenemos planes de matrimonio, vemos el amor de una manera muy especial. Es una enfermedad de la cual se puede salir, sí se puede, pero tienen que aceptar que estás en ese vicio, no esperes a que te pase lo que a mi me pasó porque es muy duro abrir los ojos y darte cuenta hasta donde puede llegar tu vida con esa adicción»