Han pasado más de 20 años desde que Zora, una joven estadounidense, fue víctima de abuso sexual infantil. Lo más impactante es que, a pesar del tiempo, esas imágenes aún circulan en X, la red social de Elon Musk, antes conocida como Twitter.
En entrevista con la BBC, Zora lanzó un mensaje directo al multimillonario:
“Nuestro abuso se está compartiendo, vendiendo y moviendo en la app que usted controla… El momento de actuar es ahora”.
La situación es indignante. No solo revive su propio dolor, también refleja lo que muchas otras víctimas enfrentan día a día: la huella de la violencia sexual que nunca desaparece del mundo digital.

Zora, sobreviviente de abuso infantil, pide a Elon Musk retirar de X todas las imágenes de su pasado (Crédito: IG @el0n_rev_musk)
El negocio oscuro detrás de estas aplicaciones
Investigaciones recientes destaparon algo brutal: cuentas en X conectadas con Telegram que venden “paquetes” de fotos y videos de abuso infantil. Según Lloyd Richardson, director de tecnología del Canadian Centre for Child Protection (CCCP), hay miles de archivos en circulación.
Aunque X asegura tener tolerancia cero hacia este material y dice trabajar junto al National Center for Missing & Exploited Children (NCMEC) y autoridades, el problema sigue siendo enorme. Por su parte, Telegram reportó que solo en 2025 cerró más de 565 mil grupos relacionados con esta clase de contenido.
La BBC comprobó que imágenes de Zora estaban entre esos archivos, un material que en un inicio se escondía en la dark web, pero que ahora se ofrece abiertamente a través de redes sociales.
“Mi cuerpo no es mercancía, nunca lo ha sido ni lo será. Quienes difunden este material son cómplices”, denuncia Zora.
Un monstruo digital difícil de parar
El problema no es pequeño: en 2024, el NCMEC recibió más de 20 millones de reportes de contenido de abuso sexual infantil en diferentes plataformas tecnológicas.
Incluso grupos como Anonymous intentan frenar esta red de tráfico, denunciando cuentas que ofrecen material a través de hashtags ocultos en X. Sin embargo, cada vez que cierran una, aparece otra nueva. Es como un monstruo que nunca deja de regenerarse.

Ciberactivistas de Anonymous buscan detener la venta de contenido ilegal en X (Crédito: UK Cyber Security Group Ltd)
La investigación que destapó la verdad
Para dimensionar lo grave del asunto, la BBC decidió infiltrarse y hacerse pasar por comprador. Así lograron contactar a un vendedor en Telegram, y lo que descubrieron fue escalofriante: un supuesto “paquete de muestra” lleno de imágenes y videos de menores, entre los que aparecían también las fotos del abuso contra Zora.
Este traficante no operaba solo con una cuenta: manejaba más de 100 perfiles clonados, y según relataron activistas, al hablar con él en Telegram aseguró tener miles de archivos listos para vender.
«Tengo bebés. Niños de 7-12», escribió en mensajes que la BBC leyó. También explicó que el contenido a la venta incluía violaciones de niños.
El material que ofrecía era tan perturbador que, al recibir los enlaces, los periodistas optaron por no abrirlos y en su lugar los enviaron a expertos del Centro Canadiense para la Protección del Niño (CCCP) en Winnipeg, quienes trabajan directamente con autoridades policiales.
De acuerdo con Lloyd Richardson, lo que este vendedor compartía no era más que un “paquete de degustación”: un collage macabro que mostraba fragmentos de distintos abusos, evidencia de que detrás había miles de víctimas atrapadas en el mismo infierno digital.
Los expertos del Centro Canadiense para la Protección de la Infancia confirmaron que no se trataba de un caso aislado, sino de miles de archivos en circulación.
La lucha contra el abuso es ahora
Ese hallazgo dejó claro algo: el abuso no termina cuando se encarcela al agresor. Las víctimas siguen reviviendo su dolor cada vez que su imagen aparece en internet.

El comercio de videos y fotos de abuso infantil es un crimen digital que se debe detener (Crédito: Imagen de Dimitris Vetsikas en Pixabay)
Una verdad dura, pero necesaria para concientizar: la lucha contra el abuso digital es ahora o nunca.
Zora lo resume con rabia y dolor:
“Me siento acosada por un crimen que me robó la infancia”.
La historia de Zora no solo habla de su tragedia, sino de una batalla global que aún no termina: la lucha por limpiar internet de un comercio ilegal que mueve miles de millones de dólares y destruye vidas enteras.
¡Sigue a El País de los Jóvenes en Instagram, TikTok y YouTube para más contenido positivo y de valor!


