El hambre y la sed son dos procesos que pueden confundirse en el organismo provocando en las personas cierta necesidad falsa.
Esto se debe a que constantemente las personas están expuestas a estímulos y condicionantes externos que dificultan la señalización de saciedad en el cuerpo. Por lo tanto, no es extraño que algunas personas piensen que tienen hambre o sed cuando realmente no se tiene esa sensación fisiológica.
Además, si la sensación de hambre o sed viene acompañada de un ligero dolor de cabeza puede que estés pasando por una deshidratación parcial o una actividad que afecta la cantidad de agua que se mantiene en reserva. En ese caso es preferible tomar agua e hidratarse.
¿Cuáles son esos estímulos externos?
Los anuncios, catálogos, lugares de comida y publicidad generan esa falta de saciedad en el organismo.
¿Cómo saber si tienes hambre o sed?
Debes evaluar las actividades que has realizado durante el día o las horas pasadas. Si has realizado mucho ejercicio o has permanecido bajo el sol, es probable que sientas que necesitas alimentarte para recuperar energía, pero lo cierto es que podrías estar deshidratado.
En cualquier caso, y si tienes dudas, la mejor estrategia que puedes tener es beber agua y esperar entre 5 y 10 minutos. La sed pasa en tan solo ese tiempo, mientras que el hambre puede llegar a implicar 20 y 25 minutos de espera.
Para prevenir esa confusión puedes:
- Tener una dieta saludable sin alimentos como productos extremadamente azucarados o bebidas alcohólicas
- Mantener un estado de hidratación correcto.
- Llevar una actividad y una rutina activa.