Según un estudio realizado por la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos, el dormir con alguna luz o televisión encendida aumenta el riesgo de padecer depresión, entre algunos efectos que se pueden mencionar.
En su experimento, un investigador y sus colegas trabajaron con 16 hamsters, de los cuales durmió a la mitad en absoluta obscuridad, mientras que los demás eran expuestos cada noche a un nivel de luz equivalente a la que produce el brillo de una televisión.
Ocho semanas más tarde, los animales que nunca dormían a obscuras habían visto modificado su estado de ánimo, desarrollando depresión. Al examinarse sus cerebros, comprobaron que en la zona del hipocampo tenían una menor densidad de vellosidades (espinas dentríticas) en las neuronas que quienes dormían sin luz. Esto implica que la comunicación entre sus células nerviosas se habría visto reducida.
Los investigadores asocian estos efectos de la exposición a la luz, a una hormona llamada melatonina, que se produce cuando el cuerpo detecta la obscuridad. Regula el ritmo circadiano, ya que ayuda a conciliar el sueño y actúa como antioxidante. Si existe mucha luz de ambiente, el cuerpo podría producir cantidades de melatonina inadecuadas.